… que la vida es prestada, que hoy estamos y mañana no sabemos ni dónde ni con quién estaremos, ni por quién sentiremos.
… que la risa cura y las emociones expresadas evitan todo aquello que nos perjudica y nos lastima.
… que a veces «hacer tonterías» forma parte de la vida, nos alegra el alma y nos ayuda a sentirmos en calma.
… que llorar de tristeza o de alegría también nos hace crecer y aprender.
… que una copa de vino, un baile y unas conversaciones acompañadas de sonoras carcajadas siempre vienen bien, en el momento que sea, ya sea con veinte, treinta, cuarenta o sesenta, con arrugas o sin ellas, con tacones o playeras.
… que no se nos olvide vivir, sentir y decir todo aquello que la vida nos invite a repetir.