CASAS LLENAS DE VIDA…CONVERTIDAS EN LUGARES SIN ALEGRÍA
En la mañana de hoy a punto de amanecer, paseando por nuestras calles me fijo no sé por qué, en una casa cuya puerta, como las demás, permanecía cerrada y en silencio.
Lo primero que a mi mente vino con añoranza, reflexión y pensamientos, es que todas esas casas incluidas en las que nosotros compartimos y crecimos en algún momento de nuestras vidas, cerrarán sus puertas para no volver a ser abiertas.
Casas, donde nuestros padres, madres y abuelos nos deleitaban con sus historias, cuentos y exquisitos manjares que saboreábamos con amor y dulzor.
Los ruidos que de ellos siempre han emanado se convertirán en silencios, las voces en recuerdos y todo lo que aún habita probablemente, continuará desprendiendo lo que un día fueron.
Continuemos disfrutando y celebrando con ellos la vida, porque llegado el momento, todo quedará grabado con mucho sentimiento.