Teodoro Sosa agradeció la labor del Cabildo de Gran Canaria por volcarse cada año con esta campaña y por implicar a los ayuntamientos. Asimismo, el alcalde, que participó en una suelta de diez crías, también dio las gracias a la ciudadanía por su colaboración: «Hay profesionales que las cuidan, las protegen y las alimentan pero si no hay concienciación ciudadana carece de sentido», añadió. En este sentido, la colaboración de los vecinos es clave para proteger a los ejemplares encontrados evitando su muerte y depositándolos en una caja de cartón con ventilación y llamando a los servicios de emergencia al 112 o al servicio de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria.
Según explicó Calabuig, esta campaña está tocando ya a su fin y han sido en torno a 1.000 las pardelas salvadas este año, que han logrado recuperar y devolver al mar gracias al esfuerzo colectivo de muchísimas personas que las recoge y lo comunica a los servicios existentes para su posterior suelta.
Esta zona del Faro de Sardina precisamente ha sido una zona habitual de llegada de estas pardelas cuando se ven deslumbradas, por lo que desde las Concejalías de Alumbrado y Medio Ambiente han tomado la iniciativa de atenuar la iluminación en ciertas zonas del municipio para minimizar el impacto en las aves.