Coincido con los que se asombran de que se le dé más importancia al fichaje de un jugador de fútbol que a la subida de la inflación en el país. Ahí, también soy culpable con este artículo.  Pero claro, los que se quejan, no leen artículos sobre inflación, leen sobre futbolistas o personajes televisivos. Así que, culpables también. No todos, lo sé. Pero la noticia más esperada, en mucho tiempo, sin ser cuándo va a terminar la guerra de Ucrania, era saber dónde iba a jugar Mbappé la próxima temporada. Y se ha decidido por el Paris Saint Germain dejando “colgado” al Real Madrid.

Y, cómo de eso se habla bastante por las redes, no voy a entrar a valorar si hace bien o mal porque hablar de futuro es un “nadie sabe”. A lo mejor se retira sin ganar la Champion o quizás gane 10 con el PSG. ¿Quién sabe? Pues eso. Este artículo gira en torno a algo que no sucedía hace 5 años. Antes, los jugadores buscaban contratos largos con los equipos que querían ficharlos. Eso era un seguro de vida. Consolidar tu sueldazo durante 5 años era un sueño sólo reservado a los jugadores TOP. Los demás, contratos de 3 o 2 años dependiendo de su rendimiento en el campo. Ese es el fútbol con el que hemos crecido. Los clubs especulaban con la ficha de los jugadores y compraban y vendían y hasta, en ciertos casos, ganaban dinero revalorizando jugadores. Es decir, comprando barato y vendiendo caro. 

El club era el empresario y los jugadores eran los trabajadores. Todo en orden. Pero ese modelo de negocio se tambalea. Ahora, los jugadores son autónomos que se venden al empresario que más les pague. Todo en orden, también. Yo lo haría. Y ahora, negándose a renovar contrato con sus equipos, se quedan libres para negociar por su cuenta el traspaso a otros clubes. Eso es lo que ha hecho Mbappé durante estos años. Ha iniciado una puja por su servicio entre el PSG y el Real Madrid. “Es que el otro me da esto, súbeme o me voy”, que le diría a Al Khelaifi. Y, niño listo, se ha convertido en el jugador que más va a cobrar por su fichaje en la historia del fútbol. Es por esto, que todos los madridistas se han lanzado a llamarle “pesetero” (“eurero”, para los más jóvenes). Hizo que el interés del equipo español elevara hasta donde él quiso su sueldo y sus prestaciones para conseguir que su renovación costara un cheque en dinero y la toma de decisiones en el equipo parisino y con capacidad para rodearse de la gente que él mismo quiera a su lado. 

Es por esto que pongo en duda que lo haya hecho por dinero. Que quizás, sí. No hay que descartar que las razones sean que quiera triunfar y ser el héroe que hizo grande al PSG o que le hayan prometido un equipazo de ensueño para que él juegue como quiera jugar. Todo futbolista mataría por un contrato así. A pesar de que, decirle que no al Real Madrid, le vaya a costar un riesgo. Porque el Bernabéu no va a perdonar y va a convertir los aplausos del pasado en sonoras pitadas cada vez que pueda.

Y esto es lo que nos viene, ya lo ha hecho Haland para irse al City y el Madrid no puede quejarse, porque últimamente compra “gratis” también. ¿Cuál es el problema que entraña este juego al que se están apuntando todos los cracks del fútbol mundial? Que si en la última semana, antes de firmar el contrato, tienes una lesión de gravedad se viene toda tu carrera abajo. De hecho, se rumorea que el Madrid no intentó a Haland por su índice de lesiones a lo largo de la temporada. Qué paradoja que le llamen a este Modelo Mbappé el “fichar gratis” y que, de repente, vaya a ser uno de los más caros de la historia. El Madrid, esperando a que se le acabara el contrato, se ahorraba pagar 200 millones de euros al PSG, pero le daba 130 al francés por “prima de fichaje”. Gratis, gratis, lo que se dice gratis, no era. Pero, para los madridistas, el honor es el escudo y sienten que ha sido pisado y utilizado. Y eso, no lo van a permitir mientras exista Benzemá marcando 44 goles por temporada (8 más que el niño de París).

Pero este culebrón no ha acabado. Los periódicos deportivos tienen que seguir vendiendo. Todavía queda ver si la UEFA abre expediente para ver si cumple con el Fair Play Financiero. Que todo pinta que no, pero que se la pueden dejar pasar con en el pasado. Y, sobre todo, que las decisiones del jugador se van a mirar con lupa. Por lo pronto, ya se va del club la gente que le estorba para ganar la ansiada Champion (El director deportivo Leonardo que ya está fuera, el entrenador Pochetino en breve y los compañeros Di María y Keylor Navas). El entrenador que venga tiene que lidiar con varios hándicaps: un Messi que ya no es el que era, un Neymar que se ve sin galones relegado a ser un peón, un Mbappé con permiso para hacer y deshacer (¿incluido alineaciones?) y embolsándose más plata que el resto de sus compañeros. Si va a ganar entre 100 a 150 millones por la ficha, más 50 millones netos por temporada, mas el 100% de los derechos de imagen, muy líder tiene que ser, si quiere que los demás le sigan “a muerte” a tomar esa colina que es la UEFA Champions League. Porque sólo, no va a poder.

 

Luis Alberto Serrano
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