Mientras unos disfrutamos del calor y del verano, otros se abrasan sin sentido, sin control y con desesperación, sin saber cuándo finalizará esa pesadilla en la que se encuentran inmersos y abocados.
Es muy triste ver imágenes de bosques enteros, que terminan quemados por un fuego que no se ha controlado.
Y mucho más triste, saber de personas que desafortunadamente han fallecido a causa de un inmenso calor que los ha destruido y «traslados hacia el otro lado».
Empatía, esa palabra tan sonada, reconocida pero quizás, a veces olvidada. Por todas y por todos ellos, tengámosla presente hoy, mañana y siempre 
