XIII MANIFIESTO DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO

«Hagamos la revolución: ¡Leamos!»

Según el informe de Hábitos de Lectura y compra de libros en España, el 64,4% de la población dice leer libros en su tiempo libre y un 52,7% de la población afirma leer con una frecuencia semanal.(1) Siguiendo este estudio, si quisiéramos extraer un perfil de la población lectora media española, este sería: mujer (el 69,6%), con edades comprendidas entre los 14 y 24 años (74,8%) y los 45 y 65 años (67,4%), con estudios universitarios (el 82,1%) y residentes en Madrid y País Vasco (Canarias, con el 58,8%, es la penúltima comunidad en índice de lectura, sólo por encima de Extremadura, con un 54,7%).

Además, el 63,1% de la población encuestada argumenta la falta de tiempo para leer y el 50% manifiesta falta de interés en la lectura porque prefiere dedicar este tiempo a otras formas de entretenimiento como pasear, ver series o vídeos en youtube.

Viendo estos datos una no puede dejar de preguntarse quién ha leído los 247 libros que se publicaron cada día de 2019 en nuestro país (2) y, con la vida que llevamos, hiperconectados e hiperactivizados, quién cuenta con el sosiego y la calma para leer, porque para leer hay que contar con tiempo y espacio, condiciones ambas que se suelen escabullir rápidamente a través de los minuteros del reloj.

El 23 de abril, celebramos el Día Internacional del Libro, una conmemoración que responde a la fecha de fallecimiento de dos grandes de la literatura universal como fueron el español Cervantes y el inglés Shakespeare. Se trata, pues, de un día especial que nos brinda la oportunidad para no sólo reivindicar la lectura, sino también el tiempo de calidad para procurarla.

Ahora bien, en esta celebración quiero ir un poco más allá y reivindicar la lectura de las obras escritas por mujeres, no sólo porque constituyen, en una sociedad configurada bajo, por y para el sistema patriarcal, las que menos se han leído y estudiado, sino también porque son las que menos publican, a pesar de ser las que más leen. De hecho, según datos de 2018, año en el que comenzaron a hacerse públicos los datos de edición de libros según el sexo de la persona autora, tan sólo el 32,1% de los volúmenes publicados fueron escritos por mujeres.

Además, en esta fiesta tan especial para las personas que adoramos los libros como los objetos maravillosos que son, me gustaría invitar a dar una segunda oportunidad a todos esos volúmenes que nos han acompañado en algún momento de nuestras vidas y que, por circunstancias, queremos desalojar de nuestras librerías personales. Me refiero a poner en marcha de forma activa y como parte de una acción de responsabilidad social y ciudadana, espacios para compartir libros, es decir, desarrollar iniciativas como #bookcrossingGáldar #compartelibros, porque el libro que a una persona ya no le dice nada, tal vez para otra sea una puerta abierta a un universo de conocimientos. O, siguiendo esta misma línea, impulsar iniciativas dirigidas a dar otro uso a los libros como es la modificación de obras antiguas hasta convertirlas en auténticas obras de arte.

Para el amante de la literatura, los libros constituyen un hogar al que regresar. Para mí, los libros son mucho más: son instrumentos de conocimiento, de reflexión, de intercambio de ideas, de comunicación, de imaginación, de enamoramiento, de pasión, de placer, de excitación, de pensamiento, de diálogo, de argumentación.

Los libros son armas de destrucción masiva frente a la pasividad social y la ignorancia, son artefactos para provocan la revolución, son la génesis del pensamiento crítico, son martillos que golpean nuestra masa gris.

Este es el motivo por el cual, a lo largo de la historia, los libros han contado con demagógicos detractores – baste recordar sus frecuentes quemas por parte de fanáticos políticos, ideológicos y religiosos- y, es precisamente por eso, por lo que en esta sociedad hipertecnificada, dominada por el imperio de la imagen en todas sus manifestaciones, practicar la lectura como acción y enarbolar el libro como instrumento, te convierte en un agente subversivo, un ser peligroso, especialmente para los regímenes y partidos políticos que buscan dominar cual rebaño de ovejas a una ciudadanía ignorante y sin capacidad para discernir.

Como ejemplos contamos con las harto conocidas tácticas de corte totalitario y fascista, cierto, pero no hay que perder de vista las tácticas del sistema liberal-capitalista en el que estamos inmersos, cuyas formas desde luego son mucho más sutiles pero mucho más profundas e implacables.

Por todo ello, te insto a convertirte en un ser subversivo, en una persona contracorriente, no sólo el 23 de abril sino todos los días del año. Te insto a impedir que el pensamiento único se instale en nuestra gente más joven, en nuestro entorno social, en la política, en la acción ciudadana, en nuestras mentes.

Vistámonos de palabras, calcémonos de impresiones de tinta de Gutenberg y coloquemos los libros sobre la piel, justo en el lado del corazón, para que sus palabras circulen por nuestras venas y oxigenen nuestro cerebro.

Convirtamos los libros en un inagotable campo de batalla frente a la displicencia y la estulticia, en una dinamita explosiva contra la ignorancia y la arrogancia que pulula a sus anchas por las redes sociales, en un tsunami que se lleve por delante la falta de criterio y de pensamiento crítico.

En este 23 de abril, te invito, junto a la Biblioteca municipal de Gáldar, a participar en la semana de actividades organizadas con motivo de esta gran fiesta.

Este 23 de abril, te insto a hacer revolución juntos. Hagamos la revolución: ¡Leamos!

¡Feliz Día Internacional del Libro!



(1) Informe de Hábitos de Lectura y compra de libros en España, Federación de Gremios de Editores de España, 2021

(1) En 2019, el total de libros editados en España fue de 90.073. De estos, 65.303 fueron publicados en formato papel y el restante, 24.770, en otros soportes, como el electrónico.  Informe ‘Panorámica de la edición española de libros 2019. Análisis sectorial del libro’, Ministerio de Educación.