N° 82. «EL COLEGIO JAIME BALMES Y SU DISCIPLINA».

Mis dos hijos estudiaron en la escuela pública que tuvimos la suerte de tenerla muy cerca de donde vivíamos entonces. Los dos terminaron con excelentes notas su primera etapa para luego pasar al instituto. No podías elegir y les tocó institutos diferentes. La chica se adaptó mejor al cambio de sistema tan fuerte que era pasar de la escuela al instituto y aprobó todo el primer curso en el examen de Junio; pero el chico, cuando le tocó dos años más tarde, no superó el cambio y suspendió cuatro asignaturas; era la primera vez que suspendía y estaba desolado. Me decía llorando que no quería seguir estudiando. El cambio verdaderamente es brutal pues en la escuela les dan un trato muy personal y cariñoso y en el Instituto vas mas a tu aire, si quieres estudiar bien y si no también. Que duda cabe que también Influyen mucho las nuevas amistades que hicieran. 

Pensamos que había que cambiarle de instituto y pedimos informes del colegio concertado Jaime Balmes. Era una institución muy antigua y muy seria y también muy disciplinada. Decidimos probar en el cursillo de verano a ver si el chico se adaptaba. Le fué muy bien y salvó el curso aprobando dos asignaturas. Así que hablé con mi hijo animándole a seguir estudiando allí y se mostró de acuerdo. De esta manera fue como y porque decidimos ponerle en el Colegio Jaime Balmes para que siguiera estudiando hasta la selectividad.

El Colegio Jaime Balmes es un Colegio privado de enseñanza concertada que da clases a chicos y chicas desde infantil hasta el bachiller y la selectividad. Está situado en Tafira Alta y es un centro muy serio y disciplinado pero que jamas pegaban a ningún alumno. Se les castigaba con el estudio por mal comportamiento o por suspender en el control semanal. Les hacían quedar más tiempo estudiando e incluso les hacían ir los sábados y domingos a estudiar. Mi hijo nunca fue castigado, pues sus notas del boletín semanal eran excelentes. Generalmente estaba siempre entre los cinco primeros de su clase. El temor al castigo le hacía superarse. Yo el sistema lo conocía pues yo también estudié así el bachiller.

Su fundador y propietario se llamaba Don Pedro Sosa Santana que lo fundó el 10 de Febrero de 1942. En la etapa de mi hijo, en 1.980, tenía empleados a dos hermanos suyos; uno llevaba la Secretaria del Colegio y se llamaba Carlos y el otro, no recuerdo su nombre, que era profesor. Hoy en día lo dirigen dos hijos del fundador, Juan José que es el director y su hermana Antonia, que es adjunta.

Este Colegio es muy conocido en toda canarias y venían a estudiar chicos y chicas de otras islas y de otros pueblos de Gran Canaria. Por lo que también tenía dormitorio y comedor. La mayoría de los alumnos que no vivían cerca del Colegio comían al mediodía en el centro y los residentes, lógicamente, tenían la pensión completa. 

La verdad es que salía algo caro pues, en mi caso, aparte de las cuotas mensuales del colegio tenías que pagar la comida y el transporte. Mi hija quiso hacer la selectividad allí por el altísimo porcentaje de aprobados, cercano al 100%, por lo que ese año los gastos se duplicaron. Pero hicimos un sacrificio y jamás nos ha pesado pues aprobó en el primer examen que se presentó. El chico también la aprobó cuando le llegó su momento. 

Ambos salieron de allí para incorporarse a la Universidad. La chica quiso hacer la licenciatura de Turismo y el chico la de Derecho. La chica

Colegio Jaime Balmes

se cansó a mitad del primer curso y lo dejó. Se puso a trabajar en Radio Ecca y más tarde, alternándolo con el trabajo que le hicieron un horario a medida, hizo Magisterio. El chico acabó la carrera de Derecho aprobando año tras año. Se hizo Abogado y vive de su profesión. La chica continúa trabajando en Radio Ecca con la categoría de Ejecutiva, y al frente de un equipo de modernización y actualización de dicha Asociación adaptándola a los tiempos actuales.

Casualmente el jefe de cocina del Jaime Balmes era de Gáldar y su familia era muy conocida por la familia de mi esposa y también mi mujer era muy amiga de una hermana suya. La anécdota que les voy a contar a continuación nos la contó el cocinero y comprenderán mejor hasta donde llegaba la seriedad y la responsabilidad de este Centro escolar.

ANÉCDOTA. Al haber niños y niñas residiendo las veinticuatro horas del día en el recinto, aparte de los controles diurnos, donde había un responsable que era el Jefe de Estudios, por las noches siempre había un profesor de guardia, que lógicamente se iban turnando diariamente. Este servicio era muy necesario, imprescindible, pues tenía que haber un responsable durante toda la noche que solucionara cualquier emergencia que pudiera presentarse, pues era el único adulto que estaría en el centro. 

Don Pedro solía darse una vuelta durante la noche, dos o tres veces por semana, lógicamente sin previo aviso y cambiando los días de una semana para otra, para comprobar que todo marchaba bien y que se hacían las cosas como él quería. 

Una noche estaba de guardia el hermano profesor de don Pedro y después de cenar, a eso de las nueve y media, le dice al jefe de cocina, que aún estaba recogiendo todo para marcharse para su casa, que se iba un momento a la tienda-bar que estaba cerca a tomarse un whisky y que venía enseguidas. 

En ese intervalo aparece don Pedro que ignoraba qué profesor estaba de guardia, y le pregunta al cocinero que donde estaba dicho profesor. Éste le mintió y le dijo que no sabía donde podía estar. Después de comprobar que no se encontraba en el Centro, le dijo don Pedro al cocinero que cerrara una de las dos puertas de entrada que había y él se puso junto a la otra sentado en una silla. Al cabo de un buen rato llega el profesor-hermano de tomarse su par de whiskys y cuando ve a don Pedro junto a la puerta se quedó blanco sin saber que decir. Don Pedro le dio las buenas noches y sin más comentarios le dijo que quedaba despedido desde ese mismo momento y que se pasara al día siguiente por caja a cobrar la liquidación. El profesor hermano no se atrevió ni a rechistar. Las normas eran iguales para todos y él sabía que había cometido una falta grave. Esa noche la guardia la hizo don Pedro. Así de serio y responsable era este hombre.

Yo tenía algunos amigos que me desaconsejaban que tuviera a mi hijo en ese Colegio por la disciplina tan férrea que había. Pero es que yo estaba de acuerdo con sus métodos, les decía, pues son parecidos a los que yo tuve. Y cuando les conté la anécdota del profesor de guardia, reconocieron que eso estuvo muy bien.

Ninguno de mis hijos tienen alguna secuela que les haya podido ocasionar esa disciplina y los dos viven de sus carreras universitarias, la chica es profesora y el chico abogado, y gracias a Dios viven muy bien.