Hace aproximadamente un año, conocí a un joven que tenía muchísimas ilusiones, una de ellas era emprender.
Sin embargo, cuando comenzaba a visualizarse en ese camino y a verse como deseaba hacerlo, solo le daban ganas de salir corriendo. El miedo, la incertidumbre, la inseguridad podían con él.
Hoy, un año después, mi mayor alegría y no sorpresa, porque siempre confié en él, solo necesitaba que esa confianza saliera de su ser, me dice que por fin dio el paso de emprender y todo fue a partir de un sueño que tuvo. Haciéndole caso y dejándose llevar por él.
Continúa diciendo que comenzó a formarse con conciencia, a trabajar su confianza y seguridad, así como otros aspectos no menos importantes para ver su sueño hecho realidad.
Con todo esto quiero transmitir, además de su fortaleza y potencialidades, que toda persona que se lo proponga y comience a creer en sí misma, puede llegar a ser lo que desee, tanto a nivel personal como profesional.
Porque no tomar una decisión en un determinado momento, también es tomarla.