Un año más se ha comenzado a rescatar los ejemplares juveniles de pardelas accidentadas que caen desorientadas en su primer vuelo nocturno encandiladas por los destellos de las luminarias próximas a la costa en el Municipio de Gáldar.
Se trata de una iniciativa fundamental para atender a la Pardela Cenicienta, un ave marina que se enfrenta a graves problemas de conservación como la destrucción del hábitat de cría, depredadores introducidos, interacción pesquera, los plásticos en el mar y la contaminación lumínica. Debido a esta última cuestión, un alto número de pollos de las pardelas, sobre todo en las noches de luna nueva, pierden el rumbo hacia el mar y caen a tierra siendo incapaces de remontar el vuelo por sí solas.
La participación de la ciudadanía, así como de algunas asociaciones como Amigos de las Pardelas, es fundamental para el éxito en el rescate.
La población atlántica de Pardela Cenicienta (Calonectris diomedea borelais o Calonectris borealis) está incluída en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y en el Libro Rojo como Vulnerable, además de estar incluida en el Anexo I de la Directiva de Aves.
Esta especie protegida es una de las principales aves marinas de España y la más importante de las pardelas de Europa: es migratoria, aunque cría y reside en las costas de las islas la mayor parte del año desde febrero a noviembre.
El Ayuntamiento de Gáldar continúa apostando por una política de alumbrado público excesiva instalando luminarias con una luz muy intensa responsable de la contaminación lumínica que sufre el municipio y especialmente, el litoral desde El Frontón hasta Sardina.
La única colaboración que se recibe es por parte del Cabildo de Gran Canaria aportanto las cajas para la recogida de las pardelas accidentadas. ¿No sería más oportuno actuar en conjunto con los ayuntamientos para realizar un alumbrado inteligente y menos contaminante?