Cuando creíamos que ya no nos podía sorprender… lo ha vuelto a hacer.
Cuándo en 2019 despidió en un Pleno al anterior alcalde, Fernando Bañolas, con un “hasta luego Lucas”, todos pensamos que las formas del alcalde debían moderarse, por respeto a sus compañeros, a sus contrincantes políticos, al Pleno, máximo òrgano representativo municipal, y por supuesto a todos los vecinos de Santa María de Guía.

En el Pleno celebrado hoy donde se debatían importantes asuntos sobre el futuro de nuestro municipio, al alcalde ha dirigido a este concejal un guiño de ojo seguido de un beso, como si estuviese en una terraza o discoteca.

En medio de un debate me dirigí a una compañera de la oposición para hacerle una aclaración ya que la misma no obtenía respuesta por parte del alcalde, cosa bastante habitual ya en este dirigente político.

Mi aclaración no tuvo que ser del agrado de Pedro Rodríguez cuando me mira con cara desafiante me guiña un ojo y me lanza un beso.

A continuación de tan lamentable actitud le pido explicaciones y se ríe y mantiene su mirada desafiante y provocadora.

Pedí al secretario municipal que hiciese constar en acta lo sucedido y a continuación abandoné el salón de plenos.

Falta de transparencia, soberbia, irregularidades al saltarse continuamente el reglamento del Pleno, abusos de autoridad y ahora gestos de provocación y de dudoso gusto a los concejales de la corporación… el alcalde no deja de sorprendernos para mal.

Los vecinos y sus representantes municipales merecemos un respeto y lo de hoy ha sido una más en el ya dilatado expediente del Sr. Rodríguez.