BLANCA PALOMA SOBREVOLARÁ POR EL FESTIVAL DE EUROVISIÓN.
No voy a opinar mucho del Festival de Benidorm de este año, porque no lo he seguido. Y mis lectores saben que no me gusta hablar sin saber. Faltaría más. Aun así, esta mañana me oí las dos canciones que llegaban como favoritas a la gran final: “Eaea” de Blanca Paloma y “Arde” de Agoney. Y, para gustos los colores, pero ninguna fue de mi agrado. Otra cosa es que crea que puedan ser adecuadas para el Festival de Eurovisión que se celebrará del 9 al 13 de mayo en Liverpool. Ay, si John Lennon levantara la cabeza. La canción de la ilicitana ganó a la del canario y se alzó con el primer premio del Festival y el añadido que otorga el derecho a representar a España en Eurovisión. Me gusta este formato de TVE de transparencia en la elección de los artistas que nos representen. Hay que ponerse en los sonoros batacazos de cuando se hacían las elecciones a dedo. Es más, el año pasado el Festival de Benidorm arrasó en audiencias y, lo que es más importante; en los “likes” de las redes sociales. Este año ha decaído la audiencia. Quizás porque la disputa entre los chanelistas, bandinistas y tanxugueiristas; con conflictos demográficos de por medio, ha dado más juego que la de palomistas y agonistas.
Planea, sobre la canción ganadora, una nana flamenquita fusionada con ritmos electrónicos, el recuerdo de “la barca” de Remedios Amaya. El debate que he visto reflejado estos días por las redes viene de lejos, el flamenco no representa a toda España. A mí no me motiva, pero vuelvo a repetir que es una cuestión de gustos. Me hice persona en los años de la movida madrileña y le salí rockero a mis padres. La canción está bien hecha, aunque no he hablado con nadie de la sensación que tengo de que no la entiendo. Es más, tuve que poner a Google a trabajar para leer la letra. Aun así, ahora todos tenemos que sumar y desearle suerte. No me encanta, pero tampoco me seducía el SloMo de Chanel y me tuve que comer mi opinión con papas fritas.
ESPIANDO CON GLOBOS, YA NO HAY JAMES BOND,S.
¿En serio que en la época en la que vivimos, a punto de poner un pie en Marte y en el que vemos a James Bond salvar el mundo hablando desde su reloj, que se espía con un globito? Pues parece ser que sí. Aunque oyendo las dos versiones no nos queda claro de cuál ha sido el lio. Lo importante es que, como el globo era no tripulado, no ha fallecido nadie. Solo hay que contabilizar daños materiales y; como siempre digo, las cosas que se arreglan con dinero no son “problemas”, son “complicaciones” nada más. Pues la noticia es que Estados Unidos ha abatido un globo que circulaba por su espacio aéreo por el estado de Montana. La causa es que era de procedencia China y que, aunque ellos asumen ser de su propiedad, alegan que era un globo de mediciones climáticas que se desvió por fuertes vientos y fue a parar a territorio estadounidense. Esta excusa no la aceptan los norteamericanos que no dudaron, cuando llegó al Atlántico y no había peligro para la población, en mandar con unos misiles desde aviones de combate. Que digo yo, que a lo mejor tirándole una flecha para que se desinflara, hubiera caído despacito. Pero, claro, no soy experto en globos y ellos han hecho dos masters.
Pues nada, es lo de siempre, los americanos pensando que están todo el día intentando atacarles (y quizás tengan algo de razón). Es por lo que fusilan a todo lo que sea una amenaza. Estas cosas arraigan en el sentir de la población la idea del “primero dispara y después pregunta”. Ahora, recogerán el globito, lo analizarán y, posiblemente solo tuviera un palo con un termómetro en la punta y una wifi para mandar la medición a Pekín. Pero también puede ser que tuviera un sofisticado dispositivo para fotografiar tanques y aviones de los marines de los EEUU. ¿Quién sabe? Quizás nunca nos enteremos, pero a mi me ha dado para escribir este artículo y echarnos unas risas de lo ridículos que podemos llegar a ser los seres humanos por el ansia de poder.
4,5 € POR FREGAR CADA VASO DE AGUA.
Desde ya, me ofrezco para freganchín. Friego 20 vasos y me voy para casa a vivir la vida. Claro, eso sí me los pagan a 4,5 euros por vaso. Eso es lo que les cobran, en el restaurante La Olma de Pedraza en Segovia, a los clientes que incautamente piden un vaso de agua. El dueño ha salido a la palestra para defender la denuncia de unos usuarios al ver que les habían cobrado esa cantidad por un vaso de agua del grifo. Y, para los que, como yo hasta hace unas horas, sean ignorantes de la ley; les aclaro que está explícitamente prohibido el cobrar el agua corriente para beber en los restaurantes. Eso, pro-hi-bi-do. Lo marca el artículo 18.3 de la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular: «En los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento».
Pero la estrategia de este establecimiento es la de dar el agua gratis, pero cobrar casi 5 euros por el servicio de lavado del vaso y el esfuerzo del camarero de llevarlo a la mesa. Lo que no sé si, entonces, te hacen un descuento por pedirlo en la barra; porque el camarero se evita un viaje, con el consabido ahorro de la suela del zapato. Que quieras que no, comprar zapatos cuesta. Yo, ya un poco más en serio, siempre defenderé que el trabajo hay que pagarlo y trabajar gratis debería ser ilegal. Pero, ¿a que base se acogió el dueño de este local para tarifar el vaso de agua? De verdad que a mi la noticia que más me ha indignado no es la acción en sí, si no el precio. Y es más, hasta lo disculparía si esos euros fueran los que gana el camarero que lava los platos. Y no, me da que va a ser que no, que el freganchín va a seguir trabajando más que un bobo por un sueldo que le dejara la cara de eso, de bobo.
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