La talla de Miss Universo de Nepal da mucho de qué hablar

Vamos entrando en razones. Nepal, ha dado un paso, que se me antoja gigante. Presentó al concurso de Miss Universo a una chica de las denominadas “curvys”. Es el eufemismo empleado para decir que eres gordita, pero guapa. Seguimos, en esta sociedad machista que estamos intentando mejorar, aceptando los cánones de belleza de las generaciones anteriores. Aquel famoso 90-60-90 (pecho-cintura-cadera) que todas soñaban lucir en sus cuerpos. Siempre defenderé que obsesión por la belleza física va emparejada a la aceptación de los demás. ¿Por qué la gente se arregla para salir y en casa están en bata con los pelos desgreñados? Porque, aunque no quieran reconocerlo, se arreglan para los demás y para obtener el reconocimiento de la sociedad. La vanidad, casi nadie la suele reconocer, nos obliga. Si sólo nos pusiéramos guapos para vernos bien, lo haríamos en casa también que, además, tenemos espejos. Quizás, usted, lector, lo haga; pero, de mis amigos y amigas, les aseguro que ninguno.

Es más, si se ha puedo de moda en las chicas lucir unos buenos pechos, les diré que; según nuevos estudios, las medidas perfectas, ahora son de 99-63-91. Ale, si quieren ser perfectas, pasen por el quirófano; porque ahora nos gustan más con 9 cm. más de pecho. Nepal ha decidido saltarse todos los conceptos y enviar una chica XL (aunque me gusta más llamarlas “tamaño real”), cosa que me alegra. De nombre Jane Dipika Garrett, quedó entre las 20 finalistas en la 72 edición del certamen. Como homenaje a ella, a su coraje y al valor que le tuvo que poner cuando, me imagino, hubo muchos que le dijeron que estaba loca; quiero reproducir su agradecimiento público en su cuenta de Instagram @jadedipika_

“¡entre las 20 mejores, bebé! Estoy agradecida a mis fans y a todas las personas que me han apoyaron. ¡Di lo mejor de mí y es lo que importa! Estoy muy orgullosa de representar la belleza en tamaño real en el mundo y romper los estereotipos de los concursos de belleza. ¡Estoy muy orgullosa de la nueva Miss Universo y siempre valoraré esta etapa que cambió mi vida!”

La motosierra de Javier Milei gana las elecciones en Argentina

El vuelco político en Argentina es una lanzada a la piscina. Esperemos, por el bien de todos los amigos que tengo allí, que la piscina tenga agua. Ayer, en un encuentro internacional de escritores en el que participé vía online, uno de ellos llegó a decir que tenían que elegir entre un presidente que los está llevando a la ruina y un loco. Y en esa están. Milei es una incógnita, un futuro incierto, un riesgo patente. Los que lo vemos desde fuera, la mayoría de las veces en videos descontextualizados, vemos al loco. ¿Será capaz de sacar al país de la inflación situada en más del 140 % y una tasa de pobreza del 40%? A saber. Oiga, que quizás lo haga. “Peor que los que están, no será”, dirán los argentinos.

                Pues mal tiene que estar la cosa para agarrarse a este clavo, que arde a cada palabra que dice. El populismo de decirle a la gente que va a solucionar lo que la gente demanda y hacerlo de una forma histriónica y, si me apuran, hasta ridícula; ha conseguido ganar por goleada. Venció con el 56,69% de los votos al candidato peronista Jorge Massa que reconoció la derrota sin paliativos. Se convierte así, Argentina, en un gran tubo de ensayo en el que veremos cómo funcionan las teorías de la anarquía liberalista en las que el Estado no tenga nada que ver con la economía del país y todo se genere de forma espontánea. Yo le tengo miedito. Alguien tiene que dar respuesta a la pobreza de la población y a los problemas de la humanidad. Y ese, no va a ser el mercado libre en manos de unos pocos y voraces que lo controlan.

Pues, los simpatizantes acudieron a la celebración con motosierras. No estoy irónico, es real. La misma que él mostró en algún mitin y con la que va a cortar el gasto público. Esto es lo que hace que los gobiernos quieran un pueblo “atontolinado” y sin cultura. Que cualquiera que me diga lo que quiero oír y no me haga pensar, ese es mi amigo. No fomentar el espíritu crítico y el pensar de forma personal, hace que cualquiera nos pueda convencer de sus ideas, aunque estén equivocadas. Y así nos va. Al final, todos con motosierra.

LA LESIÓN DE GAVI Y LOS QUE LA CELEBRAN

A veces creo haber nacido en el mundo equivocado. Gavi, el jugador barcelonista del momento, cayó lesionado en un lance del partido que enfrentaba a la Selección Española de Fútbol, con la Georgiana. Ya sé que este deporte es de contacto y el que no quiere que lo toquen, que juegue al ajedrez. Además, siempre le digo a mi hermano que yo no podría ser árbitro porque acabarían los partidos jugando solo los porteros (ya sé que no se puede, no me tilden de ignorante, pero a irónico me ganan pocos). Las entradas al suelo, eso me lo dice mi hermano a mí, deberían prohibirlas o, por lo menos, legislarlas. Los jugadores “entran fuerte” con una potencia desmedida, demasiadas veces. Y, pasa lo que pasa, que en alguna ocasión “cazan” al jugador y no al balón. Eso, unido a la sobre carga de partidos que tienen que soportar las grandes figuras a una edad en la que están en formación de sus cuerpos, hace que jugadores como el propio Gavi, Camavinga, Pedri, Yeremi Pino, Zaïre-Emery o Haaland; se pierdan parte de la temporada en sus clubes.

En una jugada sin peligro, el jugador culé recibió una tarascada de las mal llamadas “tácticas” en principio inocente pero que acabó rompiéndole los ligamentos de la rodilla derecha. 8 meses de baja. Toda la temporada que queda. Se fastidió el chiquillo y pasó a engrosar la lista de estrellas que tendrán que dejar de ayudar a sus respectivos equipos (que son los que verdaderamente invierten en ellos) a ganar más títulos. Desde mi corazón madridista le deseo que a la vuelta de la recuperación volvamos a ver ese chico que despunta. Por el bien del fútbol.

                Lo que realmente quiero contar en este artículo es lo que no llego a entender ahora, ni lo haré nunca. ¿En serio que hay gente que se alegra que se haya lesionado? El forofismo futbolero llega hasta tal tamaño de falta de neurona. Vale que algunos dicen que los del Barça se rieron de la lesión de Camavinga. Pues lo que les digo, que, entre los unos y los otros; si los juntan, no encienden una bombilla. No me cabe en la cabeza que gente sea capaz de reírse de una desgracia ajena. Gavi lloró en el estadio. Sabía, en su interior, que estaba mal por mucho tiempo. Pero, en privado, tuvo que llorar mucho más y no puedo aceptar que alguien sea capaz, por el placer de creerse superior, a ridiculizar semejante desgracia. En serio, en mi próxima vida, me pido nacer en otro mundo.