- Bajo el lema «El valor de la experiencia», el Gobierno de Canarias promueve una campaña en la que refleja el importante legado social de las personas mayores y cómo la vejez supone una fuente de conocimiento para las futuras generaciones
Con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad, que se celebra cada 1 de octubre, la Consejería de Bienestar Social, Igualdad, Juventud, Infancia y Familia del Gobierno de Canarias lanza una campaña para resaltar el papel clave de este segmento poblacional. Bajo el lema «El valor de la experiencia», el Ejecutivo autonómico promueve esta iniciativa en la que, recogiendo varios testimonios, coloca como protagonistas a las personas mayores resaltando la valía de la vejez y su legado social.
En Canarias, una de cada cuatro personas tendrá más de 65 años en 2035 y un 25% de este colectivo ya sufre soledad no deseada, lo que supone, desafortunadamente, un incremento de la exclusión social, la pobreza y un empeoramiento de la salud. El envejecimiento poblacional supone todo un reto que pone a las Administraciones públicas ante el desafío de proteger y asegurar que los más de 600.000 mayores que habrá en las Islas dentro de 15 años cuenten con una vida digna. De ahí que la Consejería de Bienestar Social busque, entre otras cosas, derribar los actuales paradigmas relacionados con la longevidad. Según recuerda la directora general del Mayor del Gobierno de Canarias, Verónica Meseguer, “el colectivo sénior puede convertirse en mentor de los más jóvenes gracias a su experiencia, madurez y comprensión, entre otros muchos valores”.
En palabras de Meseguer, con “El valor de la experiencia” se quiere poner de manifiesto la aportación de “un colectivo que no debe ser silenciado y que buena parte de él necesita conocer que aún es útil”. Y por eso y para su especial protección, el Gobierno de Canarias ha creado esta Legislatura “esta Dirección General que tiene entre sus planes el cambio de una Ley del Mayor, que data de 1996, para adaptarla a la nueva realidad del colectivo”.
Con un futuro incierto para los jóvenes del Archipiélago debido a la volatilidad del mercado laboral a causa de la pandemia, la guerra en Ucrania y que se acentúa con la subida de precios, “la capacidad de resiliencia de la tercera edad supone toda una lección de aprendizaje”, recuerda Meseguer.