La fotografía como herramienta de intervención social en las personas mayores de Valleseco

. Acción que realiza la Fundación Belén María y financia la Fundación la Caixa en la Residencia del municipio, con la participación de 12 personas que adquieren conocimientos técnicos y el aprendizaje de la mano de Tomás Correa

.  Al final del taller se organizará una muestra colectiva con las creaciones artísticas de los participantes

La fotografía nos conecta con el mundo de una forma particular. Más allá de la visión cotidiana, nos visibiliza otras miradas, las no vistas, las no escuchadas y las presenta como llenas de vida, de emociones, aspectos de comunicación social que nos enriquece y estimula como personas. Aspectos que ha visto con mucha sabiduría y profesionalidad la Fundación Belén María y la Fundación La Caixa.

Para luchar contra el aislamiento del colectivo, la Fundación lleva a cabo un taller de fotografía con 12 personas de la Residencia de Mayores de Valleseco, impartido por Tomás Correa, fotógrafo profesional, formado entre Gran Canaria y Berlín, que ha recibido numerosos premios regionales y nacionales, finalista en Photoespaña en 2010, entre otros.

Andrea Cabrera, coordinadora del proyecto desde la Fundación Belén María, señalaba que “esta institución, dependiente de los estibadores de Las Palmas, tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de la sociedad en la que está inmersa, especialmente la de los colectivos vulnerables, como los mayores. Este es el segundo año que se realiza esta actividad, el pasado, se desarrolló en el Centro Sociosanitario de Agüimes, también financiada por la Fundación la Caixa”.

«Buscamos que los mayores tengan un envejecimiento activo y la fotografía, especialmente como la entiende Tomás Correa, es una herramienta ideal para ello, pues estimula sus conocimientos, hace que indaguen en sus sentimientos y afianza las relaciones con sus compañeros, además de hacer ejercicio, pues hacen una pequeña caminata a diario», destacaba Cabrera.

Por su parte, Tomás Correa, destacaba que “para mí es una oportunidad de compartir lo que yo encuentro, que es una forma de expresión y es realmente utilizar la fotografía como si fuese un lenguaje y transmitirle esa forma de entender la fotografía a personas y en este caso, personas mayores. Es una gozada porque ves como realmente al final entienden y se convierten en parte del juego y es alucinante ver los resultados”.

Con paseos suaves en cada una de las sesiones, están aprendiendo a sacar el máximo de la cámara fotografía, su enfoque, los encuadres, la luz, la idea o el concepto que quieren en cada una de las imágenes que van captando a la hora de pulsar el disparador, historias del entorno, vivencias, emociones que van enamorado a cada uno de ellos y ellas, que, a buen seguro, serán los próximos Diane Arbus o Henri Cartier.