- Cientos de aldeanos y aldeanas arroparon este sábado a la docente en la lectura de su pregón
La docente María Eugenia Bello emocionó este sábado a los cientos de aldeanos y aldeanas que se congregaron en la Plaza de La Alameda para escuchar su pregón, con el que se da comienzo oficial a las Fiestas de La Aldea de San Nicolás 2023.
Un pregón en el que la docente, que lleva más de 30 años en el municipio, hizo un recorrido por sus vivencias y por su trayectoria profesional, y es que es La Aldea de San Nicolás el lugar que ha elegido para formar a su familia y para desarrollar su carrera en la docencia.
Por ello, ha hablado de sus vivencias como profesora y de cómo ha cambiado la educación desde que inició sus clases en el Instituto de Formación Profesional, así como sus etapas en el Instituto de Bachillerato de La Palmilla y en el IES La Aldea.
Bello también quiso compartir con los asistentes, y lo hizo hablando desde el corazón, su día a día como una vecina más de La Aldea de San Nicolás. Agradeció la acogida y el cariño que ha recibido durante todos estos años. Al respecto, recordó como recién llegada le sorprendió la generosidad de los aldeanos y de las aldeanas, y también el hecho de que todos saludaran por las calles, algo que espera que no se pierda, porque es acogedor.
Durante su pregón, reivindicó la importancia de la Educación, y afirmó que “hemos luchado para que nuestros alumnos y alumnas tengan una educación de calidad en La Aldea de San Nicolás, y no tenemos nada que envidiar a otros sitios”.
Bello también reivindicó la importancia de apoyar a los jóvenes que eligen dedicarse a la agricultura y a la ganadería, porque recordó que “este sector ha sido nuestro sustento y no tenemos que olvidar las raíces”.
La docente tuvo un recuerdo para todos aquellos alumnos y alumnas que ya no están físicamente, pero que siguen presente en “nuestros recuerdos”, y que “seguro también estarían viviendo y disfrutando estas fiestas”.
Por último, la pregonera hizo una mención a las Fiestas Patronales de La Aldea de San Nicolás, y afirmó que son “días de disfrute, de amistad, de acogida y de compañía”, y añadió que “cuando las conoces es imposible no repetir”. En este sentido, contó cómo sus estudiantes preferían suspender un examen el día 1 de septiembre a perderse el repique de campanas.
A título personal, señaló que su día favorito es el de la Rama, y reconoció que se le saltaron las lágrimas la primera vez que vivió este acto, pero “cada año se me sigue saltando cuando empieza la banda”.
“Todas las cicatrices sanan el 11 de septiembre con el Charco”, añadió Bello, quien señaló que sigue siendo uno de los actos más esperados, y que es especial cuando se comparte con la familia. Recordó la emoción que sintió la primera vez que llevó a sus hijos, que será la misma que cuando lleve a su nieta Natalia.
“No podré nunca olvidar este momento. Seguramente esta será una de las últimas veces que pueda dirigir a mis alumnos y alumnas. He sido muy feliz con ustedes y espero que me sigan saludando con besos y abrazos”, concluyó Eugenia Bello, quien acabó con una gran ovación que levantó de sus asientos a los cientos de aldeanos y aldeanas que se dieron cita para arropar a la docente.
Tras la lectura del pregón, el edil de Festejos, José Francisco Navarro, hizo entrega de un ramo de flores a Bello, quien procedió a firmar en el libro de honor. Tras la firma, recibió de mano del alcalde de La Aldea de San Nicolás, Víctor Hernández, la insignia de oro y diamantes del municipio.
El pregón, que fue presentado por Mariam Álvarez, comenzó con una introducción musical a cargo de la soprano Magdalena Padilla, quien también cerró el acto. La artista presentó su último trabajo “Ellas”, en el que interpretó temas de grandes cantantes internacionales y nacionales como Ana Belén, Buika, Luz Casal o la gran Edith Piaf.
Por su parte, el alcalde de La Aldea de San Nicolás, Víctor Hernández, leyó un emotivo discurso en el que dio las gracias a María Eugenia Bello por todo lo que había dado a los aldeanos y aldeanas durante su vida profesional, ya que no solo les aportó conocimiento, sino que “sembró en todos nosotros la semilla que nos ha hecho crecer y ser mejores personas”.
En este sentido, apuntó que “somos muchos los alumnos y alumnas que no hemos sabido valorar tu entrega y tu trabajo hasta que ya hemos sido adultos”, pero “parte de lo que somos se lo debemos a María Eugenia”.