La Contaminación Lumínica se define como una alteración de la oscuridad natural del medio nocturno producida por fuentes artificiales de luz. Es un hecho provado y reconocido que no solo impacta gravemente al Medio Ambiente, sino también constituye una amenaza para la salud humana y para la práctica de la Astronomía. Aún, hoy en día, hay poco o ningún control real sobre la misma y se está convirtiendo en una auténtica plaga que va en aumento.
En el II Encuentro sobre Contaminación Lumínica celebrado recientemente en el Casino de Gáldar se reunió un grupo de científicos, investigadores y medioambientalistas con el fin de concienciar a la población de la importancia de reducir al máximo la Contaminación Lumínica, así como para seguir profundizando y analizando las consecuencias de la misma y proponer soluciones de cara a preservar el Medio Ambiente, la Salud y el Cielo.
Se destacó que no sólo son las Pardelas las únicas afectadas por la Contaminación Lumínica, sino también un número importante de Aves Procelariformes que habitan diversos espacios naturales de nuestras costas y, que a diferencia de las primeras, la sufren de forma constante todo el año.
Se informó que actualmente está a disposición pública un nuevo borrador de Decreto Ley cuyo objetivo es regular por primera vez la iluminación LED, aunque en España ya se ha producido un cambio masivo a dichas luces sin regulación alguna. Este borrador es bastante ambiguo y no da ninguna garantía de que realmente se vaya a hacer lo que propone.
Los participantes de estas jornadas manifestaron que existe en nuestras islas un aumento progresivo de la Contaminación Lumínica. Este hecho queda confirmado en el Proyecto Interreg EELabs realizado por el Instituto Astrofísico de Canarias que evaluó el impacto de la luz artificial sobre los ecosistemas nocturnos en los archipiélagos de la Macaronesia. En general, la Contaminación Lumínica está presente en todos los puntos medidos, prestando especial atención a la isla de Gran Canaria donde, incluso en las zonas protegidas, existe un exceso de Contaminación Lumínica del 48%. Estos resultados nos muestran que si queremos conservar el Medio Ambiente y el Cielo de Canarias es preciso regular, de forma sostenible, el alumbrado público de los grandes núcleos de población.
La decisión por parte de los ayuntamientos de instalar luces LED blancas superiores a 3000K de forma uniforme en el norte de Gran Canaria está colaborando lógicamente con este aumento de la Contaminación Lumínica, a pesar de estar informados del impacto medioambiental, del daño que sobre la salud ocasiona y de la existencia de luces LED cálidas más sostenibles y saludables.
Como conclusión, se propuso que iluminar de manera consciente, sostenible y saludable es sencillo. Los expertos recuerdan que bastaría con no instalar luces LED blancas, sino LED “de las buenas” de tono cálido, es decir con temperatura de color inferior a 2700K, de potencia moderada y solo allí donde realmente hiciera falta. Instalar luminarias acorde con el entorno, orientar siempre los focos hacia abajo, bajar la intensidad de la luz y colocar sensores de movimiento para no tener las luces encendidas innecesariamente toda la noche.
Se recalcó que si no se hace bien la transición a LED: puede acabar en desastre.