Amigos, la noche siempre llega, aunque el sol se empeñe en irse tarde. Y hoy, esta aventura que comenzó en el mes de las flores del pasado año toca a su fin.
No piensen que me he cansado de escribir, o que la página en blanco ha hecho mella en mí. Bien lo saben los que me conocen, y guardan el secreto de las decenas de ideas sobre historias que comparto en mi WhatsApp conmigo mismo.
Pero creo que este proyecto que inicié con idea que fuera mensual, y desde el primer domingo fue semanal, se merece, cuando menos, un descanso.
¿Volveré? ¡Quizás! Mi Pepito Grillo literario es muy insistente…
Si así fuese, espero tenerles al otro lado. Lo que es seguro es que no dejaré de escribir. Con suerte, un día, alguno de los libros ya terminados vea la luz, o de los nuevos que surjan. Si es así, espero que quieran leerlos.
Para todos ustedes que han dedicado su tiempo a leer mis relatos, sería un honor que les hayan despertado emociones, risas, llantos, fantasías o esperanzas.
A todos ustedes, ¡GRACIAS!
Y mantengan un ojo puesto en esta puerta que sólo se entorna sin llegar a cerrarse…
Juan José Benítez-Hernández