QUEVEDO SE RETIRA DURANTE UN TIEMPO. ¡VALIENTE!
No es la primera vez que escribo de él. ¿Me estaré empezando a obsesionar? No creo, a obsesivo me ganan todos. Pero sí que me sorprende y me motiva agradablemente. Como las otras veces, empezaré diciendo que, por edad, no me gusta su música, aunque sí reconozco que la canción que todos llamamos “Quédate” me parece una obra de arte. Cuando se hizo viral, valoré que un “chavalín” de Gran Canaria al que nadie conocía pasara de vivir en su pueblito a ser el artista más codiciado de las redes sociales que es donde, ahora, tristemente se desarrolla toda la industria musical.
A partir de ahí, lo he seguido. Es un fenómeno social y mi maestro de publicidad Richard Wakefield me enseñó que los que hablamos tenemos que estar siempre informados. Y, Quevedo, es una revelación a analizar. Después del alboroto levantado desde ese junio de 2022 en que fue nº 1 en escuchas de Spotify mundial, le han tenido que pasar mil cosas. Casi todas buenas, seguro. Pero muchas, y quizás fueron demasiadas. Ahora, de sopetón, nos dice que se retira, que necesita tiempo. Lo entiendo, lo comparto y le admiro la valentía y la fortaleza emocional de darse cuenta de que hay que frenar para no verse envuelto en una espiral de la que luego no pueda salir. ¿A cuantos artistas habremos visto destrozados por su propio éxito?
Informándome para este artículo tuve que escuchar la canción premonitoria “Ahora qué” (aunque reconozco que tuve que buscar la letra porque cantada no entendía nada, ni por asomo) y que quieren que les diga, canta esto: “2021 sembrar, 2022 recoger 2023 coronar, 2024 desaparecer”. Pues parece que lo tenía claro desde hace tiempo. No es fácil. La salud emocional es más importante que el dinero. Esto es uno de mis regalos a la juventud actual. Y, como he hecho a Ricky Rubio, admiro a Quevedo por la valentía de darse ese parón. Más gente amueblada hace falta en este mundo.
“LOS MERCEN4ARIOS” ACAPARA LAS NOMINACIONES A LOS PREMIOS RAZZIE.
Para los profanos, lo primero, les contextualizo (aunque si picharon en este link para leer el texto es por que conocen esos premios). Los premios Golden Raspberry (Frambuesa de oro), o como todos los conocemos como los Razzie o los Anti-Oscars fueron creados por el escritor cinematográfico John J. B. Wilson en 1980. Se publican los ganadores, el día antes de la entrega de los Óscars, que este año será el 12 de marzo. Lo que hacen es premiar los peores trabajos que se han visto ese año en las grandes pantallas. El récord de premios lo ostenta Sylvester Stallone con 7 en las categorías de actor, guion y dirección. Y este año puede ganar otro más por su actuación en la película “Los Mercen4rios”.
La película “Los Mercen4rios” parte como favorita para llevarse un buen ramillete de frambuesas para sus vitrinas. La cuarta entrega de esta saga no la he visto todavía, pero he visto las anteriores y, como casi todas las sagas, ha ido de mal a peor. En la tercera, ya me dije “hasta aquí y no más, Santo Tomás”. Infumable. En esta edición, compite en 7 categorías: los peores actores de reparto: Sylvester Stallone (masculino) y Megan Fox (femenina), cualquiera de ellas en la categoría de Peor Pareja, la peor secuela, Scott Waugh al peor director, al peor guion y, como no, a la peor película.
Y con lo que me encanta el chisme, les contaré alguno de los nominados que más morbo levantan. A la peor película están nominadas: “El exorcista: creyente”, “Mercenarios 4”, ”Megalodón 2: La fosa”, “¡Shazam! La furia de los dioses” y “Winnie the Pooh: sangre y miel”. Yo, hubiera añadido a “Indiana Jones y el dial del destino” que la vi y le puse “cruz y raya”. No veré ninguna más. A peores actores, nombres célebres: Russell Crowe por “El exorcista del Papa”, Vin Diesel por “Fast and Furious X”, Chris Evans por “Ghosting”, Jason Statham por “Megalodón 2: La fosa” y Jon Voight por “Mercy”.
No menos célebres, el apartado de actrices nos depara, también, nombres que les sonarán mucho: Ana de Armas por “Ghosted”, Megan Fox por “Johnny & Clyde” (y se puede llevar otro por “Los Mercen4rios” e irse calentita para casa), Salma Hayek por “El último baile de Magic Mike”, Jennifer López por “La madre” (rodada, en parte, en mi isla de Gran Canaria) y Helen Mirren por “¡Shazam! La furia de los dioses”. Y entre los actores secundarios también citaremos nombres como: Michael Douglas, Mel Gibson, Bill Murray, Franco Nero o Lucy Liu.
Pues eso, pendientes a la entrega de los ganadores de esa “estatuilla” que es una figura de una frambuesa del tamaño de una pelota de golf encima de un trozo de película y pintada de oro que está valorada en algo menos de 5 euros.
LA XAVINETA DEJARÁ DE CIRCULAR A PARTIR DEL 30 DE JUNIO.
Me da pena por él. Yo, que soy un madridista confeso, creo que no se merece lo que le está pasando a Xavi Hernández, entrenador de la sombra que fue aquel Barcelona. Ya escribí hace años que, para mí, ha sido el mejor jugador español de la era moderna. En algún lado llegué a publicar que yo era del Real Madrid, de Cristiano, de Messi y de Xavi. Fue el director, batuta en mano, de aquella selección de fútbol que nos trajo las dos Eurocopas y el Mundial del 2010. El que hizo buenos a Casillas, Iniesta, Piqué, Pujol, Sergio Ramos, David Villa, Fernando Torres y al canarión David Silva. Él era el que ponía la armonía que todos interpretaban. Eso sí, tuvo una banda de virtuosos con el que todo capitán soñaría.
Ahora toca dirigir una banda con buenos músicos, pero que suenan como si no ensayaran nunca. Este Barcelona, a veces, roza el ridículo. Otras, como en la final de la Supercopa, lo abrazó con todas sus fuerzas tras la humillación a la que le sometió el equipo merengue. Y Xavi se derrumbó. Ha contado que ese fue el día en que no pudo más. Se vio sin fuerzas de conseguir que el equipo de su vida (y su corazón), que estaba en el carril equivocado, enderezara el rumbo. La xabineta, la camioneta de Xavi en la que querían subir a los mejores jugadores de Europa, esa que decían que iba a circular a toda velocidad por la autopista, resulta que tiene dañada la junta de la trócola. Al final, esta semana, un Xavi desmoralizado y falto de fuerzas, anuncia que dejará el banquillo culé el próximo 30 de junio.
Y, ahora, mi opinión como futbolero que soy. Se buscan culpables. Laporta, los jugadores, las directivas anteriores o el propio Xavi Hernández están en el punto de mira. Y creo que al pollo lo han matado entre todos. Desde los cheques en blanco que le firmaron a Messi y que debilitó las arcas, todo ha ido mal. Si hay que decirlo, se dice. Messi quebró al Barça. Tras ello, Laporta empezó a tirar de palancas hipotecando el futuro de la entidad. A saber cómo acabe esto, porque les pueden pasar factura por el “fair play” financiero. Al tiempo. Los jugadores no están rindiendo. Eso es evidente. Yo creo que quizás porque el equipo está descompensado más que por falta de implicación, como dicen muchos. A Busquet lo despedazaron hasta el punto que tuvo que salir por patas y, ahora, resulta que, para mí, es el único que podría reorganizar este equipo. No han encontrado quién haga lo que el hizo, genial, durante tantos años. No le tuvieron respeto y lo están pagando.
Y, para ir acabando, Xavi también tiene culpa. El equipo se le ha quedado grande, muy grande. No supo hacer un equipo cohesionado al principio de temporada. Tácticamente, ha habido partidos que los ha echado a perder. Lo que me parece más grave, no ha encontrado la fórmula para que a la defensa no le ataquen los indios desde la colina y se vean rodeados y sin saber como parar los ataques. Está claro que un mediocentro defensivo es imprescindible en un equipo acostumbrado a atacar y que los equipos le salgan al contraataque. Ancelotti, en un ratito de nada, le planto en la cara a Xavi cual era el grave error que estaba cometiendo. El 30 de junio se va sin haber sabido gestionar los egos de tanta estrella. No ha trascendido todavía, algún día en “Universo Valdano” nos enteremos de lo que está pasando en el vestuario, porque les aseguro que algo pasa y gordo. Y Xavi, me da pena, porque se ve que ha tirado la toalla. Los pesos pesados de la plantilla ya no le respetan y, para eso, lo mejor es lo que hará: “puerta y hasta luego, Lucas”.