La cuarta entrega de “Agárralo como puedas”, si es que puedes

Hace años, todavía dirigía cine, publicaba crítica de películas en varios portales de internet, que nacían por esas fechas “La Higuera”, “Claqueta” y “Anika Cine”. Ya ha llovido. Lo dejé porque no daba abasto con todo el trabajo que tenía y porque la novia que tenía por aquellas épocas me demandaba, con toda la razón, más tiempo juntos. Pero, lo que realmente fue el detonante de la decisión era que me encargaban que fuera a ver las películas más malas de la cartelera. Cuando me quejé, me contestaron que no me mandaban a ver las peores por ser el último redactor en llegar. Que eso era lo que argumentaba yo. No. Me dijeron que lo hacían porque les encantaba el modo en que yo tenia de justificar mis argumentos para decir que una película era infumable. Era, de todos, el único que dirigía cine y se notaba a la hora de criticar. Aguanté un par de meses más, resignado, hasta que me encargaron dos películas: “Glitter” de María Carey, que me enfadó muchísimo y “Agárralo como puedas 33⅓”. Ahí ya no pude más y dimití. Hacía seis meses que no veía una buena película en pantalla grande. Bueno, miento, que, para que me callara, me encargaron a que fuera a ver “John Q.”, la de Denzel Washington.

Reconozco que la primera de la saga de «agárralo» dirigida por David Zucker en 1988 me hizo reír mucho. Ya había dirigido clásicos de humor como “Aterriza como puedas”, “Por favor, maten a mi mujer” o una de mis películas preferidas: “Top Secret!”. Él mismo fue el encargado de dirigir la segunda parte de la entrega, tras el éxito de la primera, tres años después. “Agárralo como puedas 2½” se vio bien. Ya no era tan sorprendente como la primera, pero tenía su punto. La horrible tercera parte “Agárralo como puedas 33⅓: el insulto final” fue eso, un insulto dirigido por un inexperto Peter Segal. Me pareció ridícula. Todo lo que me hacia reír en las primeras entregas el teniente Frank Drebin, encarnado brillantemente por el actor Leslie Nielsen que lo convirtió en un icono del cine de humor, dejó de hacerlo en esta última. 

Ahora escucho que van a rodar una cuarta parte. ¿No nos fue suficiente con el último insulto? Además, con Liam Neeson haciendo del hijo del teniente Drebin. ¿Qué necesidad? Será que le falte dinero a este hombre para aceptar estos papeles. Va a ser dirigida por Akiva Schaffer (más conocido por dirigir especiales de “Saturday Night Live” que por sus películas) y su estreno está previsto para el mes de julio del año que viene. Pues ahí lo dejo, para los amantes del cine de humor casposo y para los nostálgicos que quieran volver a ver a Pamela Anderson (que ha confirmado su participación). Siempre hay alguien a quién le gustan estas películas y tan respetable que es.

50 años sin Nino Bravo

Nino Bravo nos dejaba el 16 de abril de 1973. Murió a los 28 años, conduciendo su BMW 2800 blanco de segunda mano, matrícula de Gran Canaria. Su obstinación de vivir en Valencia y no trasladarse a Madrid lo tenía siempre en la carretera. Pero, a las 10 de la mañana, el kilómetro 95 de la Nacional III dirección de Valencia a Madrid nos lo arrancó trágicamente. El accidente sería cerca del municipio conquense de Villarrubio. Un volantazo hizo volcar el coche y la voz se apagó ante una España que lloró su pérdida, como pocas veces hemos visto. Yo no lo recuerdo mucho, era un niño, pero su legado, cincuenta años después; todavía sigue siendo patrimonio de todos los españoles. Hasta yo, me he atrevido a cantar alguna de sus canciones en el karaoke (y con resultado digno, que todo hay que decirlo). Llevado a la Ciudad Sanitaria Francisco Franco (hoy, Hospital Gregorio Marañón) poco se pudo hacer por salvarle la vida

                Quiero, desde este humilde blog, dejar encendida la llama de su figura, de sus canciones, de su talento y de todo lo que ha significado para esa generación que nos criamos con sus canciones. Su legado son cinco discos. El último “… Y volumen 5” fue póstumo y en él se recogía su éxito “América, América” y la única canción que escribió el mismo, titulada “Vivir” dedicado a su esposa Maria Amparo con la que tuvo dos hijas: Amparo y Eva. Un abrazo, donde esté, a Luis Manuel Ferri Llopis, porque se llamaba así. Ah, ¿Qué no lo sabían? Pues ya lo saben. DEP.

¿En qué se parecen el Real Madrid y Rocky?

No hay forma de derribarlo. Hacía muchos años que no sufría tanto en un partido de fútbol, como el otro día con el Manchester City en Old Trafford. Sentí a mi Real Madrid aguantar más puñetazos que Rocky y en las cuatro primeras películas de la saga, todas juntas. Pero los encajó todos. Y, como en los guiones de las películas, empezaba fuerte y golpeando primero para luego verse contra la lona recibiendo más leña que la que hay en la chimenea del infierno.

Los penaltis del final fueron como en las películas también. Cuando ya parecía que Rocky acabaría en el hospital, se levantaba y a golpe de coraje y, de esta manera, acabó con las carreras de Apollo Creed, Mr. T o el ruso Iván Drago; como el miércoles acabó con la de Haaland, que no vio balón en la eliminatoria gracias a los marcajes de Rüdiger y Nacho.

Y, hoy, ha sentenciado La Liga frente al eterno rival, el Fútbol Club Barcelona, en el Bernabéu. Que también golpeó duro en la cara de los madridistas, pero que acabaron besando la lona en la secuencia final. El Madrid, como Rocky, tira de casta, de creer en la victoria, de no dar nada por perdido y de reponerse; al final, para acabar victorioso. Soy consciente de que no mereció la victoria en ninguno de los dos partidos que he mencionado, pero sí de que para ganarle al Madrid hay que tener algo que no puede comprar el desmedido dinero árabe ni las palancas: la fe en la victoria. Vaya, como Rocky.