Nueve años sin viviendas públicas en Gran Canaria

Esta semana hemos dado un paso histórico y necesario para Canarias, y especialmente para la isla de Gran Canaria. Después de nueve años, hemos podido entregar las llaves de nuevas viviendas de promoción pública en el barrio de El Cristo, en Ingenio.

16 familias podrán iniciar ahora su proyecto de vida en un espacio digno, acorde a sus necesidades. Y este es, sin duda, el objetivo para el que trabajamos y nos esforzamos día a día: preservar el derecho a la vivienda de todos y todas.

Creo que este es uno de los retos más complicados al que nos estamos enfrentando en  el  departamento, pero también al que dedicamos mucho trabajo y empeño, porque sabemos y somos conscientes de que es una de las principales preocupaciones de los canarios y canarias.

Está claro que no es una cuestión que se pueda resolver con una fórmula mágica, ni tan siquiera con una sola medida, sino que se deben articular diferentes instrumentos, dentro de una estrategia global, para atajar, a través de varios frentes, esta emergencia habitacional.

El Plan canario de la Vivienda, aunque consensuado y aprobado por todos los grupos  parlamentarios  y  agentes económicos y sociales, no es suficiente. Este ahonda, fundamentalmente, en la construcción, y por todos es conocido que los procesos que implica la licitación pública se resuelven en el medio y largo plazo.

En el primer año, mi equipo y yo nos esforzamos por sacar adelante y desatascar proyectos. El porcentaje de ejecución, en estos casos, es clave y cuando llegamos al departamento revertimos dos cifras clave: por un lado, el grado de ejecución del presupuesto del Instituto Canario de la Vivienda, de un 30,20% hasta el 87,82%, en menos de cuatro meses; y, por otro lado, la ejecución de fondos europeos, clave para la construcción y rehabilitación, pasando de un 1,98% al 71,52% en nuestros seis primeros meses como equipo.   Sin estos avances, nada de lo que estamos impulsando ahora hubiese sido posible.

Siempre hemos defendido que este planteamiento, aunque necesario, debía complementarse con una serie de acciones adicionales, como la movilización de viviendas  desocupadas  al  mercado  inmobiliario  a  través  de  la  colaboración público-privada o la compra de propiedades provenientes de obras suspendidas y edificaciones incompletas de la crisis de 2008.

En este sentido, el decreto ley de vivienda que aprobamos en este primer año, también nos está sirviendo como marco de apoyo a estas medidas, para agilizar en

la medida de lo posible los procesos, y favorecer la gestión entre administraciones para la cesión de suelos.

Por  otro  lado,  también  estamos  desarrollando  diferentes  medidas destinadas a favorecer  el  acceso  a  la  vivienda  a  la  población  joven.  Por  ejemplo,  estamos tratando de recuperar la iniciativa de la hipoteca joven para establecer una herramienta adicional que facilite el acceso a la compra de inmuebles, cerrando el convenio marco al que podrán acceder todas las entidades, y que será complementaria al proyecto que ha sacado el Instituto de Crédito Oficial a nivel nacional.

También el cohousing, o  viviendas colaborativas, que son modelos de alojamiento que cuentan con espacios privados e instalaciones y servicios comunes, ofreciendo una fórmula que facilita el acceso a una vivienda de la que se pueden beneficiar, principalmente, personas mayores, jóvenes o estudiantes; o   la ayuda a la adquisición de la primera vivienda o adquirir estas a través de cooperativas, una iniciativa que estamos impulsando y respaldando, ya que ahora mismo esta fórmula cuenta con todas las garantías jurídicas y avales.

Acceder a un inmueble es clave para que todos los canarios y canarias puedan construir su propio proyecto de vida, independientemente de su edad, para que también puedan contribuir al desarrollo económico y social de las islas.

La vivienda, en este contexto, no es solo un derecho básico, sino también una necesidad que impacta en el bienestar y futuro de toda una generación.

Esta primera entrega nos insufla esperanza y ganas de seguir trabajando para que no sea un hecho aislado, sino que podamos repetir y reiterar durante los próximos años, independientemente de quién esté o no gobernando. Esto no es un hito para nosotros los políticos, ni una puesta de medallas, me lo tomo como un triunfo de las políticas públicas, que bien gestionadas y proyectadas nos hacen avanzar como sociedad, y en eso nos seguiremos focalizando para alcanzar más y mejores oportunidades de futuro para nuestra gente.

Pablo Rodríguez es consejero de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad del

Gobierno de Canarias y secretario general de CC en Gran Canaria.