Don Bartolomé García Orellana se pone en contacto con este medio para dar voz a un problema que está ocurriendo en Firgas, corregir un asunto encubierto por el Ayuntamiento de Firgas («Villa del agua»). Y nos ayuden a darle visibilidad a todos los vecinos de este municipio.

 Y es el siguiente, desde hace años, pero ahora con más restricciones, se producen cortes de agua (un bien tan apreciable en nuestro territorio) de manera continua, inexplicable, inesperada en muchas ocasiones y caóticos. Cómo digo sin razón aparentemente necesaria (no hay sequías, o restricciones graves).

Estas incidencias se producen en todos los sectores, diseminados o núcleos de población del municipio. 

Existe, según las Ordenanzas Municipales, la obligación de los vecinos de disponer reservas de agua para «al menos 48». Pero aparte de estar descrito en la web del propio Consistorio, este lo eleva a «72 horas» – para guardarse las espaldas -.

El Ayuntamiento da siempre razones, recurrentes, de averías, roturas y todo género posible de excusas, como cortar zonas y afectar a otras muy alejadas de estas y sin ser el mismo circuito de abasto unos y otras. O que se producirán cortes por el excesivo gasto de algunas personas ( riegos, llenado de piscina, roturas de tuberías por todos los circuitos de abasto ). 

El agua un bien imprescindible para la vida, y necesario para atender a toda la población, debe de ser gestionado con exquisita precisión, responsabilidad y por supuesto con criterios inexcusablemente informados a la población, para que está sea consiente de ello y sea responsable en su verdadero uso ( doméstico, industrial, de obra o agrícola ) y consumo. 

Existen muchas dudas sobre los acuíferos y pozos comprados e inútiles o infrautilizados, que no dan el volumen de suministro por el que fueron adquiridos. Por otro lado, la falta de pago a algunos proveedores, sobre este bien imprescindible, y unido a no haberse adherido en sus inicios está Corporación, al llamado Consorcio del Norte para el suministro de agua de una depuradora o desaladora. 

Les ruego e insisto, den visibilidad a este problema que afecta a cerca de ocho mil personas, y es irónico, que se produzca en la tan manida «Villa del agua».

Quedo a la espera de sus noticias, comprensión y ayuda, en su caso, de que difundan esta situación, todo ello por la repercusión social y en ocasiones comercial para algunos comercios de hostelería sobre todo y de necesidad en todos los niveles.

Un saludo.

Atentamente.

Bartolomé García Orellana.