De todos es sabido que nuestros dirigentes municipales han sido y son poco sensibles en lo que se refiere al cuidado de nuestras escasas zonas verdes.
Hagamos un breve repaso histórico de cual ha sido la práctica real de la política medioambiental de Pedro Rodríguez:
Nos seguimos acordando de las palmeras washingtonianas, dragos, acebuches, acacias y pino canario, que llevaban más de 30 años plantadas en el entorno del albergue y del terrero de lucha del municipio, especies protegidas por ley y que fueron taladas.
Talado de árboles en la Plaza de San Juan.
Eliminación de las más de diez palmeras ubicadas en la calle Alcalde José Bolaños.
La sustitución de las zonas verdes en la Plaza de la Atalaya por cemento. Especialidad que repite, una vez más, en la recién remodelada Plaza Luján Pérez, nombre original desde el año 1931, aunque algun@s parecen que se han venido a enterar ahora.
La muerte del ejemplar de drago trasplantado en el parque de El Bardo.
La tala cruel, sin sentido y salvaje del ficus ubicado en la entrada al aparcamiento del Hospital de San Roque.
Podríamos seguir aumentando la lista, lo sabemos, pero queremos centrar la atención en lo que ha estado ocurriendo durante la mañana de hoy, en el hermoso ejemplar de ficus ubicado en la confluencia de las calles Alcalde Fernando Alonso de la Guardia y la Avenida Lomo Guillén.
En Canarias, la nidificación comienza a finales de enero y no debe ser perturbada por mucha carroza de Carnaval que tenga que pasar próxima a esta joya medioambiental, en la que en estos momentos, en su copa, se encuentran nidos de ejemplares de pájaros canarios, mirlos, capirotes,…
Con esta acción, una vez más, el grupo de gobierno nos muestra su falta de sensibilidad e improvisación con acciones que atentan, en este caso, contra nuestro patrimonio medioambiental. Las acciones de nuestros dirigentes políticos no pueden estar basadas en la buena voluntad, se necesita conocimiento y planificación, el Pueblo no debe seguir sufriendo su incompetencia.
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