La figura de Jesucristo como “hombre y Dios” al mismo tiempo, es un misterio profundo que ha sido objeto de reflexión teológica durante siglos.
Pero en esta fecha de la Semana Santa en que estamos, te invito a reflexionar sobre dos frases históricas salidas de la boca de Jesús y , que a mi particularmente, de siempre me ha apasionado.
Si, mi querido amigo, porque existen especialmente “dos frases” tremendas y muy significativas que desde mi punto de vista, revelan la auténtica “humanidad” de Jesús en su sufrimiento, pero también su entrega total a la voluntad del Padre y son primero; “Padre, si es posible, haz que pase de mí este cáliz».
Esta frase, pronunciada en el Monte de los Olivos, muestra la angustia de Jesús ante el sufrimiento que le esperaba como hombre que, nunca dejó de serlo; de alguna manera, tienen y teme al dolor que le espera. Si, en su humanidad, experimenta miedo y dolor, pero al mismo tiempo, se somete completamente a la voluntad de Dios. Es un momento de profunda oración y entrega, donde Jesús nos enseña que, aunque podamos sentir temor ante las pruebas de la vida, la confianza en Dios nos da la fortaleza para seguir adelante.
La segunda frase que pronunciara y que creo que es motivo de reflexión, pues de nuevo “el hombre”, se manifiesta y siente dolor y miedo a la muerte, es la de: “Padre, ¿por qué me has abandonado?”.
En la cruz, Jesús expresa el sentimiento de abandono, citando el Salmo 22. Este grito no es solo una expresión de dolor físico, sino también humano y, sin embargo, al entender el contexto del Salmo, vemos que no es un grito de desesperación, sino una proclamación de confianza en Dios. Aunque en ese momento Jesús carga con el pecado del mundo y experimenta la separación, su misión sigue siendo la redención de la humanidad.
Ambas frases nos invitan a reflexionar sobre la “entrega, la fe y la confianza” en Dios en los momentos más difíciles de la vida.
Las frases anteriormente mencionadas han sido objeto de múltiples interpretaciones teológicas a lo largo de la historia y desde algunos enfoques como:
- El enfoque de la obediencia y sumisión: en la oración en Getsemaní, cuando Jesús dice: «Padre, si es posible, pase de mí este cáliz», algunos teólogos interpretan que Jesús, en su humanidad, experimenta temor ante el sufrimiento, pero reafirma su obediencia absoluta a la voluntad del Padre. Este enfoque resalta la entrega total de Jesús y su papel como el Siervo sufriente.
- El enfoque del sacrificio expiatorio: la frase «Padre, ¿por qué me has abandonado?» se interpreta en el contexto del sacrificio expiatorio. Jesús, al cargar con el pecado del mundo, experimenta la separación de Dios que el pecado provoca. Este enfoque quizás enfatiza la redención y el cumplimiento de la misión de Cristo.
- El enfoque del cumplimiento profético: algunos estudiosos señalan que Jesús cita el Salmo 22, que comienza con un grito de abandono, pero termina en confianza y victoria. Desde esta perspectiva, Jesús no expresa desesperación, sino que está cumpliendo las Escrituras y reafirmando la esperanza en la salvación.
- El enfoque de la identificación con el sufrimiento humano: Jesús, al expresar su angustia, se identifica con el sufrimiento de la humanidad. Este enfoque destaca la cercanía de Dios con el dolor humano y la solidaridad de Cristo con quienes sufren.
Cada uno de estos enfoques teológicos sobre las frases de Jesús tiene aplicaciones prácticas que pueden enriquecer nuestra vida espiritual y personal, como pudiera ser:
- La obediencia y sumisión; pues nos enseña a confiar en Dios en los momentos difíciles. A veces enfrentamos situaciones que nos producen miedo o incertidumbre, pero aprender a decir «Hágase tu voluntad y no la mía» nos ayuda a encontrar paz en la entrega.
- El Sacrificio expiatorio; que nos recuerda el valor del sacrificio por los demás. En nuestra vida cotidiana, podemos hacer pequeños sacrificios por nuestros seres queridos, actuar con generosidad y pensar en el bienestar del prójimo.
- El Cumplimiento profético; que nos invita a confiar en que, incluso en los momentos de angustia, Dios tiene un plan y nunca nos abandona. Podemos aplicar esto cultivando la esperanza en tiempos de crisis y creyendo que la prueba tiene un propósito mayor.
- La Identificación con el sufrimiento humano, pues ésta nos motiva a ser solidarios y empáticos con quienes sufren. Jesús experimentó el abandono y el dolor, así que cuando vemos a alguien pasando por dificultades, su ejemplo nos debe impulsar a acompañarlo, apoyarlo y consolarlo.
Al mismo tiempo cada enfoque nos permite vivir con mayor propósito y profundidad.
“El sacrificio expiatorio” de Jesucristo es un concepto central en la teología cristiana. Se refiere a la idea de que Jesús, al morir en la cruz, pagó el precio por los pecados de la humanidad, permitiendo la reconciliación entre Dios y los seres humanos.
Dicho lo anterior se puedes asegurar que, el sacrificio expiatorio de Jesucristo es un concepto central en la teología cristiana. Me refiero a la idea de que Jesús, al morir en la cruz, que pagó el precio por los pecados de la humanidad, permitiendo así la reconciliación entre Dios y los seres humanos.
De estos aspectos, podemos distinguir varios que son clave del sacrificio expiatorio, como:
Cumplimiento de las profecías: desde el Antiguo Testamento; cuando se hablaba de un sacrificio que traería redención. Jesús es identificado como el Cordero de Dios, cumpliendo el sistema sacrificial judío en el que los pecados eran expiados mediante la sangre de un sacrificio.
La Sustitución y redención: cuando la muerte de Cristo es vista como un acto de sustitución, donde Él toma el lugar de los pecadores y sufre el castigo que les correspondía. Esto refleja el amor insondable de Dios, quien ofrece salvación a través de la fe en Cristo.
En el significado espiritual: pues la expiación no solo trata de la eliminación del pecado, sino también de la restauración de la relación entre Dios y la humanidad. A través de su sacrificio, Jesús ofrece vida eterna y la posibilidad de una comunión renovada con Dios.
Y, por último, el impacto en la vida cristiana: pues para los creyentes, el sacrificio expiatorio de Cristo, no es más que, un llamado a vivir en gratitud y santidad; se nos invita a aceptar su gracia y a reflejar su amor en nuestras acciones diarias.
Aunque también es cierto que, existen diferentes interpretaciones del “sacrificio expiatorio” de Cristo entre diversas denominaciones cristianas, reflejando sus enfoques teológicos y doctrinales.
Aquí te presento algunas de las principales perspectivas:
- La Teoría de la Sustitución Penal – Predominante en el protestantismo evangélico, sostiene que Jesús tomó el castigo que merecían los pecadores, satisfaciendo la justicia divina.
- La Teoría del Rescate – Popular en los primeros siglos del cristianismo, argumenta que la muerte de Cristo fue un rescate pagado a Satanás para liberar a la humanidad de su esclavitud espiritual.
- La Teoría de la Recapitulación – Enfatizada por la Iglesia Ortodoxa, propone que Cristo, como el «nuevo Adán», restauró la humanidad al estado original de comunión con Dios.
- La Teoría Moral o Ejemplar – Sostenida por algunas corrientes liberales, ve la cruz como un ejemplo supremo de amor y sacrificio, más que como un acto de expiación propiamente dicho.
- La Teoría de la Satisfacción – Desarrollada por Anselmo de Canterbury, plantea que el sacrificio de Cristo satisface la deuda del pecado ante Dios, restaurando el honor divino.
Cada una de estas interpretaciones aporta una perspectiva única sobre el significado de la cruz.
Llegado a este punto, permíteme amigo que te pida que, con valentía y sin ningún tipo de complejos, medites sobre lo que te he expuesto anteriormente y saques tus propias conclusiones, porque desde ya te digo amigo, que si dejas que sea tu alma quien te guie en las respuestas o interpretaciones, te vas a sentir realmente reconfortado, a mí me ocurrió, pues al ser tú “alma” a quien preguntes, ésta al ser ese trocito de Dios que todos llevamos dentro, jamás te engañará y te lo dice y asegura este maúro de Telde, viejo lobo de mar curtido en muchas mareas, que durante aquellas soledades experimentaba en sus largos viajes mientras estaba navegando por esos mares del planeta, me exprimía el cerebro, pensando y pensando sobre todo, en el porqué de las cosas y siempre haciendo uso de mi libre pensamiento, en busca de la verdad de la vida.
¡Qué cosas!
Julio César González Padrón
Marino Mercante y Escritor