La Lucha Canaria y El Faro de Maspalomas

La Lucha Canaria es un deporte tradicional de las Islas Canarias con profundas raíces en la historia y la cultura de la región. Se trata de una forma de lucha cuerpo a cuerpo donde dos luchadores, llamados “bregadores”, intentan derribar al oponente usando técnicas de habilidad, equilibrio y destreza, sin violencia ni golpes

Su origen se remonta a los antiguos habitantes de las islas, los genéricamente llamados “Guanches” (Aunque éstos solo sean los aborígenes de Tenerife); lo cierto es que el resto de pueblos que habitaban las Isla, también practicaban esa lucha de origen bereber, como parte de su vida cotidiana y en ceremonias.

Con la llegada de los conquistadores castellanos, la lucha evolucionó y adoptó nuevas reglas hasta convertirse en el deporte que conocemos hoy.

 Posee sus propias reglas básicas, que son:

Básicamente consiste en enfrentarse dos luchadores en un “terrero” (arena circular de tierra o arena) y gana aquel que consiga que cualquier parte del cuerpo del rival toque el suelo antes que él.

Se pueden usar técnicas como “levantamientos, barridos y desestabilización” y se compite por equipos en “mandas” y se busca vencer a todos los rivales del equipo contrario.

La Lucha Canaria no solo es un deporte, sino un símbolo de identidad, respeto y camaradería entre los canarios. Se destaca el “fair play”, la nobleza y el respeto entre los luchadores, quienes suelen saludarse y abrazarse antes y después del combate. También es habitual que los luchadores ayuden a levantarse al oponente tras una caída.

Hoy en día sigue siendo muy popular en las islas, con competiciones, clubes y escuelas que mantienen vivo este arte.

En la Lucha Canaria, las técnicas utilizadas para derribar al oponente se conocen como «mañas«, y no “llaves”, como le escuché en una ocasión a un locutor de TVE y casi me da algo. Estas “mañas”, se dividen en diferentes categorías según el tipo de movimiento. Algunas de las más populares incluyen:

Las denominadas “Mañas de agarre”, donde destaca, “la Cogida de muslo”, que es cuando se agarra el muslo del rival para desestabilizarlo; “el Cucharón”, cuando se usa el brazo para levantar al oponente y hacerlo caer; “el Sacón de aire”; cuando se levanta al rival con fuerza para desequilibrarlo, o “la Cadera” que es, cuando se usa la cadera para girar y derribar al contrincante.

Luego tenemos las Mañas de desvío” donde destacan, “la Tronchada”, que resulta de desviar el cuerpo del rival para que pierda el equilibrio; “el Toque por dentro” cuando golpeas suavemente la pierna del oponente para hacerlo caer y  por último, “el Vacío” que, es cuando dejas de ejercer fuerza en el agarre para que el rival caiga por su propio impulso.

También tenemos las llamadas “Mañas de bloqueo”, como “el Perro” o “el Desvió”

En la primera se bloquea el movimiento del rival para evitar su ataque. Y en la segunda, se usa la fuerza del oponente en su contra para hacerlo caer.

Cada luchador desarrolla su propio estilo y combina estas técnicas según su estrategia y habilidades.

La Lucha Canaria ha visto surgir a grandes luchadores que han dejado huella en la historia de este deporte tradicional. Algunos de los más influyentes incluyen:

1.-José Rodríguez Santos, “el Faro de Maspalomas”

2.-Ramón Méndez: Considerado un pionero y una leyenda de la lucha canaria.

3.- El Mandarria: Un luchador icónico que contribuyó a la popularidad del deporte.

4.-El Pollo de Buen Lugar: Reconocido por su destreza y técnica en el terrero.

 O figuras actuales como, Kevin Acosta Pérez y Alejandro Afonso Rodríguez que, siguen demostrando la pasión y competitividad de la lucha canaria.

Estos luchadores han sido clave en la preservación de las tradiciones y el espíritu de la lucha canaria.

Pero de todos ellos y por cercanía, les hablaré del el que fuera mi ídolo de infancia:

José Rodríguez, conocido como «El Faro de Maspalomas”, el cual fue un destacado luchador de lucha canaria nacido en El Pajar de Arguineguín (Gran Canaria) el 13 de marzo de 1912.

 Con una imponente estatura de 1,98 metros y un peso de 90 kilos, dominó la lucha hasta mediados del siglo XX. Su leyenda comenzó a los 19 años, cuando logró tumbar a Domingo Mederos, el por entonces “Pollo de Gáldar», otro gran luchador de la época.

Su apodo, «El Faro de Maspalomas», refleja su presencia imponente en “el terrero” y su papel como referente en este deporte tradicional canario.

A lo largo de su carrera, Rodríguez participó en numerosos “desafíos” y exhibiciones, convirtiéndose en un referente del deporte vernáculo canario. Su estilo de lucha, basado en la combinación de fuerza y estrategia, lo llevó a ser reconocido como uno de los luchadores más influyentes en la historia de la lucha canaria1. Su impacto trascendió los terreros, dejando una huella imborrable en la cultura deportiva de las islas.

José Rodríguez, «El Faro de Maspalomas», protagonizó algunos de las luchadas más memorables de la lucha canaria, enfrentándose a los mejores luchadores de su época.  Sin lugar a ninguna duda, el momento más destacado de su carrera, fue su victoria sobre Domingo Mederos «Pollo de Gáldar», pues aquella luchada marcó el inicio de su leyenda en los terreros.

 

Su impacto no solo se limita a “los terreros”, sino que también ha servido de inspiración para generaciones de luchadores que buscan emular su fuerza, técnica y espíritu competitivo.

José Rodríguez dejó una huella imborrable en la historia de la lucha canaria y sigue siendo recordado como uno de los mejores luchadores de todos los tiempos

El legado de José Rodríguez «El Faro de Maspalomas» sigue vivo en la lucha canaria actual. Su influencia se refleja en la formación de nuevos talentos y en la celebración de eventos en su honor, como el Torneo José Rodríguez «Faro de Maspalomas», donde jóvenes luchadores de distintas islas compiten y mantienen viva la tradición.

Además, su nombre sigue siendo mencionado junto a otras leyendas del deporte vernáculo, destacando su importancia en la historia de la lucha canaria.

No podemos hablar de José Rodríguez sin mencionar el famoso, “levantamiento del arado” que, es una práctica tradicional canaria que, combina fuerza y destreza y se originó en el ámbito rural como una forma de medir la resistencia de los trabajadores del campo para convertirse más tarde, en una exhibición popular en festivales y eventos culturales.

¿Pero en que en qué consiste realmente?

Primeramente, hay que combinar técnica y dificultad, por ello, la colocación de las manos es clave: pues una debe dirigir el arado como un timón y la otra equilibra el movimiento, usándose el muslo como punto de apoyo para realizar la palanca. El descenso es la parte más complicada, ya que requiere controlar el peso del arado para evitar un golpe. Y de esta manera, se levanta un pesadísimo “arado romano”, utilizando solo los brazos y manteniendo el equilibrio mientras se eleva hasta la posición vertical; para luego, ir bajándolo lentamente hasta la horizontal al mismo tiempo que,  realizando un giro de 360° antes de dejarlo en el suelo definitivamente.

Y nuestro “Pollo, el Faro de Maspalomas”, lo conseguía a la perfección, al mismo tiempo que nos dejaba a todos los observadores con la boca abierta y aplaudiéndole a rabiar.

Hombre como José Rodríguez consiguieron que hoy la lucha canaria siga teniendo un impacto significativo en los jóvenes, especialmente en Canarias.

 Se han implementado programas educativos en escuelas y centros deportivos para enseñar a los jóvenes sobre este deporte tradicional. Además, las redes sociales han ayudado a difundir información y conectar a los luchadores1.

También se ha convertido en una herramienta de integración social para jóvenes inmigrantes que llegan a las islas.

Muchos de ellos encuentran en la Lucha Canaria, una forma de adaptarse y relacionarse con la comunidad. Los clubes han incorporado a menores extranjeros, lo que ha fortalecido la cantera y ha cambiado el panorama de “los terreros” de lucha.

Por todo ello, hoy no podemos hacerle un mejor homenaje a nuestro querido y siempre recordado José Rodríguez Santos, “el pollo Faro de Maspalomas”, que decirle una vez más… ¡Gracias Maestro” y continua en el Cielo enseñando nuestra lucha vernácula, que tanto lustro le diste en vida!

 

Fdo.

Julio César González Padrón

Marino Mercante y Escritor

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