El aumento del gasto militar de Marruecos, y aunque no le guste tocar este tema a nuestro actual gobierno, por razones de un supuesto posible chantaje del rey de Marruecos, en hacer públicas las conversaciones privadas, del propio Pedro Sánchez, que le fueron grabadas por el sistema de espionaje israelí “Pegasus”, es un tema que no debiera pasar desapercibido; especialmente en el contexto de sus históricas reivindicaciones territoriales.
La inversión ahora del 3.34% de su PIB en defensa, con un fuerte respaldo del “rubio pistolero americano del salvaje Oeste, Donal Trump”, indica una estrategia clara de modernización y fortalecimiento de sus capacidades militares.
Desde una perspectiva geopolítica, este claro que, el “rearme” genera incertidumbre en España, dada la cercanía entre ambos países y los intereses estratégicos en juego; pues si bien, es legítimo que cualquier nación refuerce su seguridad, el hecho de que Marruecos haya mostrado interés en Ceuta, Melilla y ahora también por las aguas canarias, después de que se conoce su potencial reserva de petróleo y minerales, despierta inquietud.
La pregunta clave es si este incremento del poder militar se traducirá en un mayor peso diplomático para Marruecos o si, en el peor de los casos, podría escalar en tensiones más directas con su entorno y muy especialmente con España
También está la cuestión interna, pues Marruecos es en un país con necesidades urgentes en educación, sanidad e infraestructuras, por lo que cabe preguntarse ¿Es justificable priorizar el gasto en defensa?
Hay quienes sostienen que un “fortalecimiento militar”, puede otorgarle más estabilidad y autoridad en la región, pero otros argumentarían que los recursos deberían enfocarse en mejorar el bienestar de la población y olvidarse de “machangadas” (ver léxico canario) o sueños imperialistas tipo Putin con Ucrania; pues ya lo experimentaron en el pasado reciente, anexionándose “por la cara mora” el territorio del Sahara Occidental, entonces provincia Española, cuando aprovechado, la entonces debilidad de España con Franco agonizando , se inventaron aquella famosa “Marcha Verde” y hasta la fecha, a pesar de no contar con el reconocimiento de la ONU.
Pero regresemos a lo que nos interesa. Hoy por hoy y nos volvemos a preguntar, si en definitiva España debe estar atenta o no a esta sospechosa, no solo evolución militar de Marruecos, sino también a sus movimientos políticos y diplomáticos; pues mantener una postura firme, pero basada en el diálogo y la cooperación, serán clave para asegurar la estabilidad en la región.
El rearme marroquí ha sido observado con atención por España, dado que el presupuesto de defensa de Marruecos se acerca al español. Y aunque no hay una amenaza directa, el fortalecimiento militar de Marruecos podría alterar los equilibrios estratégicos en la región.
Comencemos por preguntarnos cuáles son las implicaciones de este aumento en el gasto militar.
El aumento del gasto militar de Marruecos, desde mi particular punto de vista de simple maúro de Telde, tiene varias implicaciones, tanto a nivel interno como en el ámbito internacional, tales como:
Modernización de las Fuerzas Armadas: Marruecos ha incrementado su presupuesto de defensa en un 7.25% para 2025, alcanzando los 12.300 millones de euros. Este aumento busca mejorar la infraestructura militar, renovar equipos y desarrollar una industria de defensa propia, incluyendo la fabricación de drones.
Impacto en la región: este rearme responde a la necesidad de fortalecer su posición en el Magreb, especialmente frente a Argelia y de camino enviar un “aviso a navegantes” a España. No obstante que ha elevado su presupuesto militar a 23.000 millones de euros y está claro que la competencia entre ambos países, especialmente Argelia, podría generar una carrera armamentística en la región.
Relaciones con España: Marruecos ha acelerado su rearme con el apoyo de EE.UU., lo que podría afectar indirectamente a España. Y aunque, en principio pudiera parecer que no hay una amenaza directa, el crecimiento de su capacidad militar y sus reivindicaciones territoriales sobre Ceuta, Melilla y las aguas canarias generan preocupación.
Prioridades económicas y sociales: A pesar de este aumento en defensa, Marruecos se sigue enfrentando a desafíos en educación, sanidad e infraestructuras; por lo que, esta novedosa inversión en el sector militar, podría desviar recursos de áreas clave para el desarrollo social.
Por todo ello, yo insisto de que España deberá seguir de cerca estos movimientos y evaluar su impacto en la estabilidad regional.
Por otra parte, el aumento del gasto militar de Marruecos también ha generado diversas reacciones a nivel internacional, especialmente en Europa y el Magreb.
- Competencia con Argelia: La rivalidad entre Marruecos y Argelia sigue intensificándose. Argelia ha aumentado su presupuesto militar a 000 millones de euros, lo que podría generar una carrera armamentística en el Magreb.
- Apoyo de EE.UU. e Israel: Marruecos ha recibido respaldo de EE.UU. y, en menor medida, de Israel, con quien estableció relaciones diplomáticas en 2020. Este apoyo refuerza su capacidad de modernización militar y su influencia en la región.
- Impacto en la seguridad regional: La modernización de las Fuerzas Armadas marroquíes buscan mejorar su capacidad de defensa y vigilancia, especialmente en los que ellos llaman “provincias del Sur” para referirse al territorio ocupado de Sahara Occidental, donde mantienen un conflicto vivo y candente con el Frente Polisario, brazo armado de la resistencia saharaui, que lucha por la independencia y por recuperar su país.
Todo indica que España y otros países europeos seguirán de cerca estos movimientos para evaluar su impacto en la estabilidad regional.
El conflicto entre Marruecos y Argelia, es otro tema a tener en cuenta un tema, pero que, para su mayor entendimiento, merece una explicación aparte.
Éste tiene raíces profundas que se remontan al siglo XIX y han evolucionado a lo largo del tiempo, debido a disputas territoriales y diferencias políticas como:
- Colonización y fronteras: en el siglo XIX, Francia colonizó Argelia y estableció fronteras que Marruecos nunca reconoció completamente. En 1844, “la batalla de Isly” enfrentó a Marruecos y Francia, lo que llevó al “Tratado de Lalla Marnia” en 1845, fijando la frontera entre Marruecos y la Argelia francesa.
- Independencia y Guerra de las Arenas: Tras la independencia de Argelia en 1962, Marruecos reclamó territorios que consideraba parte de su soberanía histórica. Esto llevó a la “Guerra de las Arenas” en 1963, un breve conflicto armado entre ambos países.
- El Sáhara Occidental: En 1975, Marruecos se anexionó el Sáhara Occidental por “la cara” y tras la vergonzosa y humillante retirada de España; lo que generó tensiones con Argelia, que apoyó y sigue hoy en día apoyando al Frente Polisario en su lucha por la independencia de la región.
- Rivalidad política y militar: a lo largo de los años, Marruecos y Argelia han mantenido una relación marcada por la competencia geopolítica, con Argelia apoyando movimientos independentistas en el Sáhara Occidental y Marruecos fortaleciendo sus lazos con aliados estratégicos.
Este conflicto sigue afectando la estabilidad del Magreb y las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Lo que está claro, es lo quiera ver nuestro actual gobierno de “buenos buenísimos o no lo quiera ver, cuando de Marruecos se trata, es que el aumento del gasto militar de éste, tiene varias implicaciones tanto a nivel interno como en el ámbito internacional y muy especialmente en Europa y el Magreb.
Este aumento, además de mejorar la infraestructura militar, busca renovar equipos y desarrollar una industria de defensa propia, incluyendo la fabricación de drones capaces de llegar a nuestras Islas Canarias, sin ninguna dificultad.
Está claro que este rearme, responde a la necesidad de fortalecer su posición en el Magreb, especialmente frente a Argelia, que ha elevado su presupuesto militar a 23.000 millones de euros, y en consecuencia la competencia entre ambos países, llevará a generar una carrera armamentística en la región más pronto que tarde.
En lo referido a España y teniendo en cuenta que Marruecos ha acelerado su rearme con el apoyo de EE.UU., podría afectarnos indirectamente. Si bien es cierto que, no “parece” en principio que, haya hay una amenaza directa, el crecimiento de su capacidad militar y sus reivindicaciones territoriales sobre Ceuta, Melilla y ahora sobre las aguas canarias, no cabe dura que generan o deberían generar preocupación.
Pero lo estrambótico, por no llamarlo lamentable es que, pesar de este aumento en defensa, Marruecos se sigue enfrentando a desafíos en educación, sanidad e infraestructuras; y, por lo tanto, esta inversión en el sector militar podría desviar recursos de áreas clave para su desarrollo social, tan importante y necesario, para evitar entre otras cosas, que la población joven siga huyendo del país en pateras, en busca de un futuro mejor y mas digno, que el que actualmente le ofrece Marruecos.
Por ello, insisto tanto en que, España deberá seguir de cerca estos movimientos y evaluar su impacto en la estabilidad regional.
Y a todas estas, después de la llegada del “pistolero rubio a la Casa Blanca”. la Competencia con Argelia, lejos de tranquilizar la región, ha aumentado y sigue intensificándose.
La mejor prueba es que Argelia, está viéndosela venir, pues sabe que su vecino aludí, “no da puntadas sin hilo”, es que se ha “puesto las pilas” y ha aumentado su presupuesto militar a 23.000 millones de euros, lo que podría generar una carrera armamentística en el Magreb.
El apoyo que EE. UU e Israel que está dando a Marruecos con quien estableció relaciones diplomáticas en 2020, le ha supuesto un considerable aumento en su capacidad de modernización militar y su influencia en la región.
España y otros países europeos parece que, por fin seguirán de cerca estos movimientos para evaluar su impacto en la estabilidad regional, aunque aquí para nosotros , eso fue lo que nos dijo el otro día el ministro español de exteriores José Manuel Alabares, que se caracteriza , entre otras tantas cosas, en que lo metes de remojo en agua diez horas seguidas y lo sacas igual o más de seco que cuando entró, cosa por otra parte, muy propia de los ministros de exteriores, que tienen que tener una buena “cintura” o se lo comen por la boca.
El conflicto entre Marruecos y Argelia tiene raíces profundas que se remontan al siglo XIX y han evolucionado a lo largo del tiempo debido a disputas territoriales y diferencias políticas.
No nos podemos olvidar que la propia Francia, en el siglo XIX, colonizó Argelia y estableció fronteras que, Marruecos nunca reconoció completamente y en 1844, la batalla de Isly enfrentó a Marruecos y Francia, lo que llevó al Tratado de Lalla Marnia en 1845, fijando la frontera entre Marruecos y la Argelia francesa.
Tras la independencia de Argelia en 1962, Marruecos reclamó territorios que consideraba parte de su soberanía histórica. Esto llevó nuevamente a la Guerra de las Arenas en 1963, un breve conflicto armado entre ambos países y que Marruecos desde entonces se la tiene jurada a Argelia
Para más “inri” en 1975, Marruecos anexó el Sáhara Occidental tras la vergonzosa, humillante y cobarde retirado de España, lo que generó tensiones con Argelia, que apoyó al Frente Polisario en su lucha por la independencia de la región.
Así a lo largo de los años, Marruecos y Argelia han mantenido una relación marcada por la competencia geopolítica, con Argelia apoyando movimientos independentistas en el Sáhara Occidental y Marruecos fortaleciendo sus lazos con aliados estratégicos. Incluso consiguió, que el gobierno socialista de Pedro Sánchez, por su cuenta y riesgo, y sin consultarlo siquiera con el Parlamento español, como seria lo preceptivo, viera con buenos ojos la propuesta de Marruecos en cuanto a una solución para el conflicto del Sahara, aun desmarcándose de las resoluciones de la ONU… ¡Y viva el vino! Ya ves Pedro, que no solo es Puigdemont, quien consigue que te arrodilles ante la circunstancia, o como tú lo llamas, “cambiar de opinión” por lo que en castellano se denomina “traición”, “bajada de pantalones” o simplemente “mentir”.
Así las cosas, el conflicto entre Marruecos y Argelia sigue teniendo repercusiones significativas en la región del Magreb y más allá.
Algunas de las consecuencias actuales y como conclusión final incluyen:
- Ruptura diplomática: Las relaciones entre ambos países están en su punto más bajo, con la ruptura oficial de lazos en 2021. Esto ha afectado la cooperación en seguridad y comercio.
- Tensión militar: Marruecos ha incrementado su gasto en defensa, mientras que Argelia ha elevado su presupuesto militar a 000 millones de euros. Esta competencia armamentística genera preocupación sobre una posible escalada.
- Impacto en España y Europa: La rivalidad afecta a España, especialmente en temas energéticos. Argelia es un proveedor clave de gas para Europa, y su relación con Marruecos influye en las estrategias energéticas de la región.
- Situación en el Sáhara Occidental: Argelia sigue apoyando al Frente Polisario, mientras que Marruecos refuerza su control sobre el territorio. Esto mantiene la tensión en la zona y dificulta una solución diplomática.
- Crisis económica y social: La falta de cooperación entre Marruecos y Argelia afecta el comercio y la movilidad en la región, lo que impacta negativamente en la economía y el bienestar de la población.
El conflicto sigue evolucionando, y su impacto dependerá de las decisiones políticas y estratégicas de ambos países, pero lo preocupante para España, desde mi punto de vista es que, a pesar de las evidencias, nuestro actual gobierno social comunista, parece mientras tanto estar más cómodo… “En Belén con los pastores” Y como decimos “los mauros” de Telde como yo…” ¿Qué quiere que le cristiano; a estas alturas de mi vida, para una cabra partida, me quedo con el macho “colcovado” (ver léxico canario)
¡Qué cosas!
Fdo.
Julio César González Padrón
Marino Mercante y escritor