Resulta tristemente anecdótico, como históricamente desde el Gobierno de Canarias y en cuanto a reconocer talentos culturales de Gran Canarias en particular, existe una tendencia o “inclinación sospechosa”, a olvidar o por lo menos, no promocionar o simplemente de recordar aquellos artistas, poetas, escritores, escultores, futbolistas, en fin, personajes locales que, a lo largo de su vida, con su apartación a la cultural de Gran Granaría, dieron un especial lustro a su Isla.
Cuando digo “sospechosa inclinación”; digo bien, y además lo hago, con toda mi intención y con conocimiento de causa y por ello culpo principalmente al Gobierno de Canarias, a sus distintas Consejerías de Cultura, a través de los años y al de España.
Al primero, porque de siempre, y posiblemente por la cercanía y procedencia natal de sus distintos Consejeros de Cultura los hacían estar demasiados escorados a una sola parte de nuestra Comunidad Autónoma, y como mejor prueba de lo que digo , es el triste hecho histórico que los grancanario nunca olvidaremos, cuando desde el mismo Gobierno de Canarias se nos negaba, o en el mejor de los casos, nos ponían toda clase de excusas y pegas para crear la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; al mismo tiempo que cuando y tocaba promocionar, por ejemplo a un cantante de los de su “cuerda”, normalmente afines a la formación política CC en su versión ATI, como pudiera ser al cantante tinerfeño Pepe Benavente, todo eran facilidades, dinero y bendiciones por parte del mismo Gobierno de Canarias; por no hablar como se condenaban al olvido a otros talentos insulares del mismo género cultural, o que destacaban en otros los campos de la cultura en general, y no pretendo, ni se trata ahora y aquí, de intentar mantener vivo el mal llamado “pleito Insular”, sino por el contrario, el de dar fe, al mismo tiempo que exponer una realidad cimentada en una constatación palpable de los hechos e historia reciente de Canarias, porque “Historia Magistra vitae es” (La historia es maestra de la vida), y precisamente está ahí, para que recordándola, no volvamos a cometer los mismos errores del pasado.
Y en cuanto al segundo, Gobierno de España, porque para los ministros de Educación y Cultura, las Isla Canarias en general, siempre han estado en la antípodas de la cultura nacional y si hubo un reconocimiento con quien, junto a Cervantes ha sido el mayor novelista que ha dado la historia de España, como fuera el grancanario Don Benito Pérez Galdós , casi me atrevería a decir, que se debió a que, desde la “capital del reino”, de siempre lo han considerado más madrileño que canario; no en vano, vivió en esa ciudad las tres cuartas partes de su larga vida y allí fue donde lo reconocieron como gran literato.
Pero como para ejemplos bien vale un botón, hoy me voy a referir a uno de los grandes escritores costumbristas grancanario, que con “maliciosa intensión o no”, se le mantiene en el cajón del olvido, con la triste consecuencia que, la mayoría de los canarios conocen mejor la vida y avatares de Belén Esteban con Jesulín de Ubrique, su hija Andreita, con su famoso “cómete el pollo” o los amores del emérito rey Juan Carlos I, con Corina, Barbara Rey, entre otras tantas que, de este gran escritor grancanario que fuera “Pacho Guerra” , al que hoy intento resucitar y hacerle este merecido homenaje, que sin duda se merece, y que tanto se hace de rogar a nuestro Gobierno de Canarias.
Francisco Guerra Navarro, más conocido como “Pancho Guerra”, fue un escritor y periodista canario, nacido en San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria, en 1909.
Su obra se caracteriza por su profundo amor por la cultura y el lenguaje popular de las Islas Canarias, especialmente reflejado en su célebre personaje: “Pepe Monagas”, protagonista de sus famosos cuentos y entremeses.
Como digo, a pesar de su talento y contribución a la literatura canaria, su figura no ha recibido el reconocimiento que merece en su tierra natal.
Guerra comenzó estudiando Derecho, pero pronto abandonó la carrera para dedicarse al periodismo y a la escritura. Su obra abarca desde cuentos y teatro, hasta letras de canciones canarias, y dejó un legado lingüístico con su: “Léxico Popular de Gran Canaria”, que fue completado por sus amigos tras su fallecimiento en Madrid en 1961, A mi particularmente, me sirvió para completar e enriquecer mi obra: “Léxico Canario, Expresiones y Nombres Aborígenes”, que tanta aceptación ha tenido (tres ediciones llevan ya)
El contexto histórico que influyó en la escritura de Pancho Guerra estuvo marcado por varios factores clave:
1.-La identidad canaria y el realismo universalista: pues Guerra, se formó en el ambiente cultural de la “Escuela Luján Pérez” de Las Palmas de Gran Canaria, un movimiento artístico que, promovía la identidad canaria dentro de un marco de realismo universalista. Esto influyó en su estilo que, reflejaba la vida cotidiana y el habla popular de las islas.
2.-Las vanguardias insulares: ya que, en su juventud, Guerra compartió inquietudes con la Sociedad de “Amigos del Arte Néstor de la Torre”, un grupo que exploraba las vanguardias artísticas en Canarias. Este ambiente le permitió desarrollar una visión moderna y atrevida en su escritura.
3.-La tristemente recordada Guerra Civil Española: cuando Guerra fue movilizado y, tras su regreso del frente, intentó retomar sus estudios de Derecho antes de dedicarse por completo al periodismo. La guerra y sus consecuencias sociales, marcaron su perspectiva sobre la vida y la cultura canaria.
4.- Por último, el éxodo a Madrid: en 1947 cuando Guerra se trasladó a Madrid, donde desarrolló su carrera periodística. Aunque lejos de Canarias, su obra siguió reflejando la esencia de su tierra, con un fuerte énfasis en el lenguaje y las costumbres isleñas.
Estos elementos contribuyeron a que su obra tuviera un carácter único, combinando humor popular “maúro” canario, y crítica social que, fue sin duda ese profundo amor por la cultura canaria popular.
Las obras más conocidas de Pancho Guerra fueron:
1.-Cuentos famosos de Pepe Monagas: (1948), una recopilación de relatos protagonizados por el icónico personaje “Pepe Monagas”, publicados originalmente en prensa.
2.-Memorias de Pepe Monagas: (1958), considerada su obra maestra, con prólogo de la escritora Carmen Laforet.
3.-Siete entremeses de Pepe Monagas: (1962), publicada póstumamente, con prólogo de Vicente Marrero.
4.-Contribución al léxico popular de Gran Canaria :(1965), un estudio sobre el habla popular canaria, completado por sus amigos tras su fallecimiento.
5.-Obras completas: publicadas por iniciativa de Agustín Millares Carló dentro del Plan Cultural de la Mancomunidad de Cabildos de Las Palmas.
Afortunadamente su legado sigue vivo gracias a la “Fundación Pancho Guerra”, que trabaja para preservar y difundir su obra, pero no porque desde la Consejería de Cultura, se haya hecho nada porque así fuera.
La obra de Pancho Guerra se distingue dentro de la literatura canaria, por su enfoque en el lenguaje popular y el costumbrismo, especialmente a través de su personaje: “Pepe Monagas”.
Comparado con otros escritores canarios, su estilo es más humorístico y cercano a la oralidad; mientras que otros autores han explorado diferentes vertientes de la identidad isleña, Guerra se enfocó en la identidad canaria desde el humor y la oralidad.
Otros escritores han trabajado desde la poesía, la narrativa histórica o el análisis social, como pudieran ser: Benito Pérez Galdós (1843-1920), quien abordó temas sociales y políticos con una prosa más universalista y realista; Tomás Morales (1884-1921), el cual destacó en la poesía modernista con una visión épica y marítima de Canarias: Alonso Quesada (1886-1925), con su exploración a través de su obra de la ironía y la crítica social, o el propio tinerfeño de los Realejos D. José Viera y Clavijo (1731-1813), quien fue el pionero indiscutible en la historiografía y literatura ilustrada de Canarias. Guerra por su parte, enfocó en la identidad canaria desde el humor y la oralidad, mientras que, otros escritores han trabajado desde la poesía, la narrativa histórica o el análisis social.
En conclusión, el legado de Pancho Guerra es su profunda contribución a la identidad y cultura canaria. Su obra, especialmente los relatos de “Pepe Monagas”, capturó el habla popular y las costumbres de Gran Canaria, convirtiéndose en un referente literario de la región. Además, su trabajo en el Léxico Popular de Gran Canaria, ayudó a preservar el lenguaje y expresiones autóctonas de las islas. Sirvan estas líneas para mantener viva la memoria de un gran palmense, porque si esperamos a que lo haga el Gobierno de Canarias… “Apaga la luz y vámonos, cristiano”
¡Qué cosas!
Fdo.
Julio César González Padrón
Marino Mercante y Escritor