La cuestión de un Estado Palestino ha sido un tema central y polémico en la política internacional durante muchas décadas y mucho me temo que, lo seguirá siendo mientras no se le de una solución justa y definitiva al importante asunto.
Con este articulo no pretendo otra cosa que ser imparcial, explorando y exponiendo desde mi punto de vista, las bases del Derecho del pueblo Palestino a establecer su propio Estado, basado en antecedentes históricos, jurídicos y culturales.
El territorio conocido como Palestina, ha sido habitado por diversas civilizaciones durante milenios.
Desde los Cananeos (año 1700 a C) hasta los Romanos, (año 63 a. C) y luego bajo el control del Imperio Otomano (año 1517 d. C), Palestina ha tenido una rica y diversa historia de ocupaciones foráneas.
Sin embargo, el siglo XX trajo consigo cambios drásticos que afectaron profundamente la región y sus habitantes.
Tras la Primera Guerra Mundial y la caída del Imperio Otomano, Palestina quedó bajo el mandato británico, de acuerdo con el Tratado de Sèvres de 1920 y la posterior ratificación de la Liga de las Naciones.
Ese mandato británico, sin embargo, no resolvió las aspiraciones nacionales, tanto de árabes como de judíos, lo que llevó a las tensiones y conflictos crecientes que continúan hasta hoy en día.
En 1917, el gobierno británico emitió la Declaración Balfour, prometiendo el apoyo para el establecimiento de, «un hogar nacional para el pueblo judío en Palestina”.
Esta declaración, aunque inicialmente vaga en sus implicaciones, tuvo profundos efectos en la demografía y la política de la región, generando una oleada de inmigración judía desde todos los lugares el planeta y al mismo tiempo aumentando las tensiones entre las comunidades árabe y judía
En 1947, la ONU propuso un plan de partición para dividir Palestina en dos Estados soberanos; uno árabe y otro judío.
Mientras que la comunidad judía aceptó el plan, los palestinos y los países árabes lo rechazaron, argumentando que era injusto y desequilibrado.
Así en 1948, se declaró el Estado de Israel, lo que provocó la guerra árabe-israelí y el éxodo masivo de palestinos, conocido como la Nakba, donde cientos de miles de ellos fueron desplazados de sus hogares.
El conflicto árabe-israelí y la ocupación de territorios palestinos tras la Guerra de los Seis Días en 1967, han sido puntos focales en el estadio internacional.
La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, adoptada en 1967, llamaba a la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados y al reconocimiento del Derecho de todos los estados en la región a vivir en paz dentro de fronteras seguras y reconocidas.
A pesar de los numerosos desafíos, ha habido un creciente reconocimiento internacional del Derecho de los palestinos a un Estado propio.
En 1988, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) proclamó el Estado de Palestina, y en 2012, la Asamblea General de la ONU otorgó a Palestina el estatus de Estado Observador No Miembro y hoy más de 135 países (entre ellos España) han reconocido oficialmente al Estado de Palestina.
Por todo lo expuesto, es fácil llegar a la conclusión de que, el Derecho del pueblo palestino a tener su propio Estado, se basa en fundamentos, justos, históricos, jurídicos y culturales que no pueden ser ignorados.
La realización de un Estado Palestino es crucial, no solo para el reconocimiento de los Derechos de los Palestinos, sino también para la estabilidad y la paz duradera en esa región del planeta que tanto lo necesita.
La Comunidad Internacional debe continuar apoyando los esfuerzos hacia una solución justa y duradera que respete los derechos y las aspiraciones de ambos pueblos.
El pretendido Plan Trump, de traslado y dispersión por otros países del pueblo palestino gazaquí, en definitiva, esconde un genocidio sobre el pueblo palestino, muy parecido al que soñó Hitler y colaboradores durante la Segunda Guerra Mundial, no tienen ni fundamento, ni pie ni cabeza en pleno siglo XXI.
Aunque a nadie se le esconde, por evidente y real que, el asunto de las existencias actualmente de organizaciones armadas apoyadas por países como Irán, tipo Hamás o Hezbolá , que han sido catalogadas internacionalmente como terroristas, más que luchar por la libertad de su pueblo Palestino, lo que buscan es la aniquilación total del pueblo de Israel y la implantación de un estado islamista puro y duro tipo Califato del siglo XIII, o en el mejor de los casos, como nación imitando al actual Irán u otras naciones árabes no precisamente libres y democráticas, merecería un capítulo aparte, pues su propia existencia (grupos terroristas) hoy en día, es el principal escollo para que se pueda plantear si quiera, la creación de dos estados soberanos, libres, independientes y democráticos.
Fdo.
Julio César González Padrón
Marino Mercante y escritor