La incertidumbre del mañana es un misterio que, humanamente, es imposible de adivinar.
«¡El mañana es real cuando se convierte en el hoy, y solo entonces es cuando hay que vivir la realidad de ese momento!» Y solo de ese momento, porque el momento siguiente aún no habrá llegado.
¿Por qué se vive la realidad del hoy y no del mañana? ¿Hay alguien que lo sepa?
La incertidumbre del mañana es algo que deberíamos pensar. ¿Por qué hay incertidumbre sobre el mañana?
¿Puede usted, yo o quien quiera intervenir, cambiar la realidad y transformarla de manera que el mañana se convierta en el hoy?
La libertad nos da la posibilidad, a los seres humanos, de alterar y cambiar el momento presente. Pero no podemos convertir el mañana en el hoy.
Los creyentes lo tenemos fácil: creemos que la vida y todos y cada uno de sus momentos son un don de la bondad y la misericordia infinita de Padre Dios.
¿Qué cree la atea, el ateo? ¿Cree que la vida y el momento es una casualidad del destino? Por favor, dígamelo. Agradecería su información. La necesito.
Pienso y medito en las creencias de los ateos. Intento ponerme en el lugar de un ateo para comprenderla/o, y no lo consigo. Necesito la ayuda de los demás.
Padre Dios – que lo es de todos – puede resolver todas mis incertidumbres, y si no lo hace, es porque me quiere libre.
No creo en la casualidad, si en la causalidad, esto es: en la relación causa-efecto.
No me operaron de mi dolencia de la aorta por casualidad. Me operaron porque hice las gestiones para ello.
El que haya sido un éxito mi operación y la recuperación es culpa de los médicos. Pero también creo que ha intervenido Padre Dios por las muchas oraciones de los muchas amigas y amigos, a quienes también les estoy eternamente agradecido.
No creo en la casualidad. La casualidad no existe. Existe la realidad. Tampoco creo en el destino.
«¡El destino lo hago y con mi libertad, convirtiéndolo en la realidad!»
«¡La realidad existe y es incuestionable. La realidad es una verdad!»
Mi realidad del momento presente es que estoy escribiendo, y no por casualidad ni por el destino, sino por estoy viviendo la realidad de escribir en este momento. Que puedo parar o seguir a mi voluntad.
Tenemos la facultad de alterar aquello a lo que se llama el destino.
¿Qué será mañana? Mañana se lo contaré.
¿Qué será mañana? Para mí lo que Padre Dios me permita y yo haga con mi libertad.
¿Qué será mañana? Nadie lo sabe ni lo sabrá, solo sabrá lo que está viviendo y lo que ha vivido. Y nada más.
¿Y para usted? ¿Qué será mañana?