Vuelve la soledad a recorrer mis pasos, compañera infatigable, amiga.

Heredera de todos mis fracasos, depositaria de alguna que otra alegría tardía.

Vuelve la soledad a mirarse al espejo, para encontrar los reflejos de la nada.

Las figuras y las formas transformadas y de aquello que fuera fresco, hoy ya te lo muestra maduro.

La soledad te inunda y te propone, te viste de payaso o esperpento humano caducado.

Te reclama cariño, la paz del sueño, el acomodo de la pasión, los abrazos de enamorados.

Pero nada ya es cierto ni posible, pues comenzó su despedida de la vida.

Vuelve la soledad a convertirse en un todo; sin mañana, sin futuro, sin nadie que la consuele.

Solo si prevalece el amor, no anidaran los olvidos en el corazón.