Hoy nos ha dejado María Mérida y por ello queríamos homenajearla con un artículo que escribió nuestro articulista Pedro Lorenzo Rodríguez Reyes en el año 2017
Conversar con María Mérida es como plantarse ante una pantalla sobre la que se proyectaran los 92 años de su vida. Podría definirse como la más genuina representante de una generación de mujeres irrepetibles, que han entregado cuerpo y alma a la canción tradicional de Canarias.
A sus 43 años realiza su primer viaje, y su voz está considerada como la cuarta mejor del mundo en su género, contra alto dramático, por el New York Times. Tuvo como profesora de canto a Lola Rodríguez de Aragón maestra de grandes cantantes Españolas, ha compartido escenario con artistas de la talla de Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Monserrat Caballé, Josep Carreras, Amalia Rodriguez, la Mexicana María Victoria o el cantante y actor Estadounidense Bing Crosby.
Estando en Hollywood conoció al cantante y bailarín Estadounidense Danny Kaye, a la actriz Ruth Roman, de ellos aún guarda entre otras sus dedicatorias.
Recuerda con especial cariño las actuaciones junto a Los Gemelos, que años más tarde acabarían de acompañantes de María Dolores Pradera. Y recuerda también que uno de los Gemelos es padrino de uno de sus hijos.
Fundadora del Hogar Canario en Madrid en 1953, recuerda la llegada de José Vélez y Braulio a la capital de España, la del Canario Tinerfeño Tony Greco que durante años fue un showman de la noche de Madrid, el rey de la Gran Vía.
A José Tamayo con quien trabajó durante diez años en la Antología de la Zarzuela.
En el año 1947 estando embarazada de su segundo hijo ya grabó el primer disco para Néstor Álamo, recuerda que se grabó en sólo dos días, grabé: Adíos Canarias Querida, Rubio y Alto, Isla Mía, el Zagalejo, entre otras muchas, para el sello Columbia, trabajo por el que recibí 1.500 pesetas. Luego con las discográficas de la época, Hispavox y Long Play. Néstor Álamo tenía un carácter especial y sólo quería que se cantaran sus canciones», recuerda María Mérida.
Que el autor «Josep María Tarridas», compuso el pasodoble Islas Canarias para ella.
La cantante Herreña hoy continúa cosechando y brindando grandes éxitos con los grandes grupos de nuestra tierra, los Gofiones, Los Sabandeños, Los Chasneros. La cantante ve el mundo desde una atalaya privilegiada que le proporcionan sus 92 años, el público se entrega a ella cada vez que se sube a un escenario poniéndolo en pie. Tiene como meta proyectar proyectos, no por eso tiene prisa, sino la idea de que no tiene por qué parar un solo segundo.
Pero el día que yo no pueda dar al público lo que verdaderamente sé que puedo entregar, me voy calladita la boca igual que aparecí en la vida», asegura.
El secreto de la longevidad de María Mérida emana de muchas fuentes, nunca ha bebido sino agua y nunca ha fumado, siempre se ha cuidado lo que ha sido su instrumento de trabajo más preciado. Ha vivido para su voz.
Su memoria se ha encargado de marcar sus recuerdos, una lista de deseos cumplidos, emociones recibidas y sonrisas marcadas que diariamente alimentan su vida.
Esta Canaria Universal a la que se le empañan los ojos cuando habla de la pérdida de su marido y sus dos hijos, por eso para ella la folía es el canto que hace inspirar a su alma, la folía le ha dado la calma y junto con la malagueña la ha enseñado amar, por eso nunca dejará de cantarlas. Las cantará próximamente al Cristo de la Laguna con motivo de sus fiestas.
María Mérida no quiere olvidarse en ésta entrevista de Venezuela, recuerda a los Canarios que están fuera de sus islas. Me cuenta una de las tantas anécdotas de aquellos Canarios que renegaban de su tierra, empezando en una de sus giras, en Caracas, un paisano se había vuelto rico y va María y suelta en el escenario: «todo Canario que niega la cuna que le dio el ser, ni tuvo calor de madre, ni supo lo que es querer». Al terminar la copla ese Canario se hechó a llorar y pidió perdón. También que muchos de los matrimonios se unieron gracias a su voz.
Pero hoy María Mérida me habla de la Villa Mariana de Teror, Aterura – Aterore. Del año 1952 en el que arrancó la romería ideada por el maestro historiador y creador de la Canción Canaria, Néstor Álamo. Inspirado estaba Don Néstor en los sueños artísticos de su gran amigo el artista y pintor Néstor Martín de la Torre, con los romeros, las carretas, bueyes, hasta camellos y los frutos de toda la Gran Canaria.
También recuerda a los Patronos de la Virgen, la unión con la familia Manrique, con D. Agustín, al que le encantaba escuchar en su voz, la canción Tamadaba. Con sus amigos Luís Doreste, con monseñor Socorro Lantigua, Pancho Guerra, Paco Kraus, Paquita Mesa, Pepe Monagas y Fernando Díaz Cutillas.
Le late el corazón cuando se acuerda de La Virgen del Pino, de esa sagrada imagen, de sus vivencias en la plaza del pino y la de torre primitiva amarilla, del Palacio Episcopal y la casa de los Manrique donde moró muchas veces junto a Néstor, quien llamaba a María por, «mi vieja amiga».
Recuerda que todo el pueblo estaba engalanado, con sus lindos balcones ataviados de plantas y traperas, de manteles bordados, de la rica artesanía Canaria.
De comer las carajacas, el mojo picón y las papas arrugadas, vino y ron para los romeros y las plegarias en el altar, promesas, recuerdos, tristezas y alegrías a nuestra madre la Virgen del Pino.
María Mérida sentada al piano empieza cantando una de las canciones del «maestro Herrera»:, Artenara tierra mía, eres tan linda y preciosa…. Vendrán los romeros desde Artenara con mensaje de la Virgen de la Cuevita, así recuerda su pregón un viernes 30 de agosto del año 1996, donde tuvo el honor de pronunciar su pregón por medio de la música y las canciones que ha llevado por los cinco Continentes. Ahora Sombras del Nublo, de «Néstor Álamo», romeros de Tejeda entonando el hinmo representativo de nuestra isla. Y vendrán también de la alejada Aldea de San Nicolás con la bella composición del maestro «Miguel León»: Aldea de San Nicolás, orgullo de Gran Canaria, pueblo que se asoma al mar, recostado entre sus montañas.
Para Arucas voy para Arucas voy a la fiesta, écheme café, écheme café con azúcar. Los costeros de Mogán , Arguineguín, los de la capital, San Cristobal y San Nicolás cantarán a «Pancho Guerra»: Barquito Velero, que vienes y vas, te llevo en la arena, te llevo en la mar.
Aún escucha en aquellas noches de romería y en las inmediaciones de la plaza del Pino, las canciones en honor a la Patrona con recuerdos a «Viera Plata»: Placetilla de los Reyes, rinconcito acogedor, ya no eres tan alegre como cuando niño yo.
María Mérida me confieza que tiene debilidad por Teror, por la Virgen del Pino, por la romería y por toda Gran Canaria, así recorrió esta entrevista, a través de las conocidas letras del cancionero folflórico Canario del que tiene más de 700 canciones grabadas.
María Mérida se siente agradecida al municipio de Teror que en el año 2015 la nombraron hija adoptiva del municipio de Teror, como reconocimiento a su trabajo artístico y a su vinculación con la Villa Mariana.
Le gustaría al premio Canarias, que todos los canarios la recordáramos como mejor persona antes que como cantante ilustre. «Quiero que digan: era una cantante pero era mejor persona.
Y yo doy fe de ello.
Pedro Lorenzo Rodríguez Reyes.
Concejal del ayuntamiento de la Villa de Moya y miembro del Aula de Etnografía y Folklóre de la ULPGC.