Ecos del ayer, palabras del pasado

Si las palabras del mañana, tuvieran un hoy.
Si los ecos del ayer, tuvieran un alguien.
Si los truenos del silencio, tuvieran voz.
Si los recuerdos del pasado fueran como las olas del mar, que vienen y se van una y otra vez.
Si los carpinteros de las ideas pudieran también esculpirlas.
Si las mañanas fueran hermana del deseo y la noche la fulana de la pasión.
Si el día cayese en la tentación de la tarde y le robase un beso.
Si pudiéramos ir hacia atrás en el tiempo y pudiéramos quedarnos allí con nuestras vivencias, con nuestros sueños.
Si pudiéramos preguntarle al deseo cuales son sus anhelos.
Si entendiésemos las tardes y sus avisos, la noche y sus locuras.
Su pudiéramos partir un capricho en dos y quedarnos con los cuerpos del destino.
Si quisiera manchar las paredes que sostienen mis sentimientos con los labios de la vida.
Si todo esto fuera posible, ¿cuántos años podría estar contando los cachitos de mi existencia, pensando qué tal vez las noches no fueron noches y los días no eran tan brillantes???
¿Cuánto?