Nacido en Gáldar el 24 de septiembre de 1945 e hijo de Miguel y Maximina, tenía dos hermanos y vivía en la calle Bentejuí, en el casco del municipio. Miguel Rodríguez Rodríguez trabajó en Muebles El Norte, en el Casino de Gáldar, en el Cabildo de Gran Canaria y en el Ayuntamiento de Gáldar. Estuvo vinculado al Templo Matriz de Santiago desde que fuera monaguillo en el año 1980 con Don Antonio Perera Pérez como cura párroco. Después del fallecimiento del entonces sacristán, Maestro Juan, Antonio Perera le pidió ocupar las labores que éste realizaba, a lo que Miguel Rodríguez accedió voluntariamente y sin remuneración.
El mantenimiento del reloj de estilo francés colocado en la torre derecha del Templo estuvo a su cargo durante 23 años. Instalado a mediados del siglo XIX, el reloj de estilo francés es una de las joyas del edificio, y de todo el municipio, que cuidó como si fuera suyo. Su trabajo silencioso en el Templo, ahora Santuario de Santiago, le convirtió en una persona muy valorada por los diferentes curas párrocos, ayudando en la apertura y cierre, en su preparación para las bodas, bautizos, funerales o cualquier función religiosa en general e incluso en tocar las campanas cuando era necesario.