Gregorio Corujo Rodríguez, Pintadera de Oro de la Real Ciudad de Gáldar, ha fallecido este martes a los 89 años. Su capilla ardiente ha sido instalada en el tanatorio municipal y su sepelio tendrá lugar este miércoles en el cementerio de San Isidro a la conclusión de la misa funeral, que tendrá lugar a las 11:45 horas. Nacido en Gáldar en octubre de 1933, era conocido en el municipio especialmente por su labor empresarial al frente de su taller de soldadura en San Isidro El Viejo hasta su jubilación en el año 2012. Viudo de Flora Díaz Díaz, tenía tres hijos: Juana, Flora y Gregorio.
Teodoro Sosa, alcalde de la ciudad, mostró sus condolencias a su familia y amigos «por la pérdida de una gran persona y de un empresario que se hizo a sí mismo, que fue siempre un gran avanzado a su tiempo y que desarrolló un taller que estaba al nivel de muy pocos».
Criado en la conocida calle del Agua, sobre el año 1945 después de fallecer su padre se trasladó a vivir a Nido Cuervo. Al cumplir los 16 años y tras haber estado como aprendiz en el taller de Juan Pedro, entra a trabajar en el conocido taller de Mr. Leacock en El Agujero, donde se especializa en soldadura.
Debido a la gran demanda de trabajo, decide independizarse y montar un taller por cuenta propia en Nido Cuervo, que en 1963 traslada a San Isidro y, dos décadas más tarde, a San Isidro El Viejo, junto a la ermita, donde aguantó hasta su jubilación en el 2012. El negocio se convirtió en una escuela de aprendizaje para muchos jóvenes de la zona que luego montaron a su vez sus propios negocios, algo de lo que siempre se sintió orgulloso.