Nueva Canarias en Teror propone a La Comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento de Teror el reconocimiento como hija Predilecta del Municipio a la Trabajadora Jubilada de Ayuda a Domicilio DÑA. NAZARIA CABRERA MONTESDEOCA

Nueva Canarias en Teror propone como hija predilecta a Nazaria Cabrera Montesdeoca, Trabajadora que ha sido durante 22 años del servicio de Ayuda a Domicilio. Sarito como así se le conoce cariñosamente ha sido pionera en su profesión en la Villa Mariana, en el año 1992, dentro de lo que luego se llamó plan concertado de prestaciones básicas.  A sus 71 años, volvería a dedicarse a los mismo, puesto que su profesión ha sido vocacional y manifiesta que  lo que la gran mayoría de las personas mayores necesitan es que se les escuche y luchar contra la soledad.

Nueva Canarias en Teror quiere reconocer la importante labor que ha hecho “Sarito”, como popularmente la conocen en el municipio de Teror.   En palabras de Isabel Guerra, portavoz del grupo Nacionalista Con este reconocimiento en la persona de Sarito, resaltamos el papel de todos los profesionales al cuidado y atención de otros, reconocemos su labor y reivindicamos más reconocimiento, tanto en el ámbito laboral, como social, así es hora de visibilizar y valorar esta profesión que durante mucho tiempo no ha sido muy reconocido socialmente y en respectivos salarios”.

Así pues resaltamos la vida personal y profesional de DÑA. NAZARIA CABRERA MONTESDEOCA,  que en la actualidad tiene 71 años y hace seis que se jubiló. Conocida por todos y todas como “Sarito”, ha ejercido su profesión de ayuda a domicilio y asistente del hogar en el municipio de Teror durante 22 años, desde mayo de 1992 hasta el 2014 a los 65 años.

Sarito comenzó a trabajar a los 44 años, después de una vida de crianza de 5 hijos y el cuidado y atención de sus abuelos, junto a ella, su compañero Juan Carlos Montesdeoca Naranjo auxiliar clínico, fueron los primeros profesionales que tuvo el ayuntamiento de Teror allá el año 1992 para este servicio, en lo que era los primeros atisbo del Plan Concertado de Prestaciones Básicas que se cofinanciaba el Estado, del Gobierno de Canarias y el Ayuntamiento.

La trayectoria profesional impoluta en todo el tiempo que ejerció Sarito ganó de inmediato, el cariño de todos los mayores de nuestro municipio. Mujer activa y siempre positiva, donde las haya, siempre ejerció con ganas e ilusión su trabajo. Su profesionalidad ha sido eminentemente vocacional y esto, la ha llevado a ganarse el respeto de todos la que la conocen, ha sido enfermera, acompañante, recadera, compañera, y ha tenido siempre un vínculo personal con el centro de Salud para poder tener la confianza de adquirir medicamentos para sus usuarios y usuarias. Sarito ha enseñado una forma de ser profesional al resto de las compañeras y compañeros y ha dejado un legado en el municipio de atención y cuidado a las personas dependientes.  Las personas mayores todas las mañanas la esperaban y era todo un referente para muchos y muchas de sus usuarios, hasta tal punto que aún hoy en día la llaman para ver si puede seguir atendiendo a alguna persona, teniendo como carta de presentación todos esos 22 años de profesional.

Todavía recuerda Sarito, como le dijeron que no le iban a pagar hasta saber si el servicio iba a dar resultado y tener demanda de usuarios/as y resulta que con el tiempo se ha convertido en esencial, por supuesto, Sarito siempre cobró.    Recuerda que desde pequeña le gustó atender a las personas mayores, los mayores eran como ella dice “su debilidad”.  Si algo nos dice con vehemencia Sarito es  “cuánta  razón tienen las personas mayores, que lo único muchas veces,  más  incluso que les atiendan en sus tareas diarias,  o el cuidado y aseo personal, es sentirse escuchados, darles tiempo, paciencia  y espacio para que manifiesten sus emociones abiertamente “, afirma esta entrañable mujer “ necesitan que se les valide en lo que sienten y evitar la soledad que muchos padecen, puesto que viven solos, o han perdido a sus cónyuges o sus familiares están trabajando  y apenas tienen tiempo de dedicación por las prisas que todos siempre tenemos “.

Sarito adora su profesión, si naciese otra vez, volvería a dedicarse a los mismo, afirma, puesto que es una profesión gratificante que le ha aportado mucho personalmente, también es triste por las personas que fallecen, sufriendo igual que sus familiares el duelo, sus pérdidas también son frustrantes y más en un municipio donde todos y todas nos conocemos y son parte de la sociedad rural que todavía valora a esas personas mayores, llenas de sabiduría.   De toda esta andadura conserva en su memoria pequeñas anécdotas de sus usuarios y usuarias, todas que confluyen en el devenir de una persona la profesional de ayuda a domicilio que se gana la confianza de las personas a las que atiende.

Sarito representa como nadie a todos y todas esas profesionales que dedican su vida a la atención y cuidado de otros, en su persona y en su reconocimiento, reconocemos a todos esos profesionales, que llegan a las casas de muchos usuarios y se los ganan, desarrollando un vínculo fundamental que va más allá del puro trabajo, que implica a los profesionales en el interés de estos por hacerle más viable la vida de las personas mayores y dependientes.   Muchas veces son estos profesionales los únicos que saben de las personas que tratan, de sus intimidades y de cómo se sienten, convirtiéndose en un referente para muchísimas personas.

Por todo ello, el Grupo de Nueva Canarias en Teror, propone a NAZARIA CABRERA MONTESDEOCA, (SARITO) hija predilecta dentro de la comisión de Honores y Distinciones 2020, para que reciba el más alto galardón que tiene esta Institución Municipal, Por representar al colectivo de personas que ayudan a domicilio a las personas mayores y dependientes, representando los valores de la solidaridad, esfuerzo, tesón, ayuda y positividad  y la atención y cuidado a la población más vulnerable de la sociedad actual, hombres y mujeres que han dado su vida para construir una sociedad que hoy nos representa.

Teror a 8 de abril de 2020.

LA PORTAVOZ DE NC -FA

Mª Isabel Guerra Sánchez.