Una exposición conjunta que se encuentra en la Casa de la Cultura de Guía, comisariada por Francis Naranjo y Eduardo Caballero.
Es una propuesta que no deja indiferente al espectador; el denominador común es la idea de la fragilidad del ser humano.
En las obras prima el concepto sobre la estética, el mensaje sobre el artificio académico; aborda una temática tan sensible como compleja: la soledad, la incomprensión, el dolor, la enfermedad, la violencia, el desarraigo social, el abandono, la relación con la muerte. En definitiva, el sentido trágico de la existencia que se expresa a través de imágenes, técnicas y materiales poco convencionales en el universo artístico.
La performance también está presente en alguna de las obras, aportando el dinamismo visual y reivindicativo que subyace como hilo conductor de la temática expuesta.
En definitiva, el arte como elemento crítico que pretende cuestionar, incomodar y permitir un diálogo, una reflexión, sobre la vulnerabilidad del ser humano, una realidad consustancial a su propia naturaleza que, en un acto de rebeldía, no exenta del subjetivismo de los autores, se presenta como una propuesta que nos agita la conciencia y nos invita a la introspección para establecer un diálogo sobre cuestiones que, generalmente, nos incomodan.