¿UN DESPROPÓSITO EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA Y REBOSANTE DE VALORES HUMANÍSTICOS?

Busto del Ché Guevara en Telde

Antes que nada, me veo en la obligación de confesar que, para un demócrata y humanista convencido como yo, desarrollar con imparcialidad, justicia y sobre todo objetividad, un artículo sobre un personaje histórico como fue Ernesto Guevara, me resulta extremadamente difícil; por ello, desde ya te adelanto que posiblemente, en algunas observaciones o críticas que pueda hacer en lo sucesivo sobre este tema tan espinoso a tratar, mi condición humana es posible que no me permita alcanzar ese “máximo” grado de objetividad, que busco y con el que, de siempre he elaborado mis artículos.

Ernesto «Che» Guevara nació en Rosario, Argentina, en 1928 y se convirtió en una de las figuras más icónicas de la Revolución Cubana.

Desde joven, mostró un gran interés por la política y la justicia social, lo que lo llevó a estudiar medicina en la Universidad de Buenos Aires. Sin embargo, sus viajes por América Latina fueron determinantes en su transformación ideológica, ya que pudo observar de primera mano, la pobreza y desigualdad que afectaban a la región por aquel entonces.

En 1955, conoció al abogado Fidel y Raúl Castro en México y se unió al Movimiento 26 de Julio, para luego participar activamente en la guerrilla, que derrocó al dictador cubano Fulgencio Batista en 1959, desempeñando un papel clave en la batalla de Santa Clara.

Tras el triunfo de la Revolución, ocupó diversos cargos en el nuevo gobierno cubano, incluyendo el de ministro de Industria y presidente del Banco Nacional de Cuba.

A pesar de su influencia en Cuba, Guevara decidió expandir la lucha revolucionaria a otros países, intentando organizar movimientos guerrilleros en Congo y Bolivia, pero su última misión en Bolivia, terminó con su captura y ejecución en 1967.

Su imagen y legado, en principio transcendió generaciones iluminando a los jóvenes, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y lucha por la justicia social, hasta que la historia, que es la mejor Juez universal, nos comenzó a hablar, del otro personaje no tal idílico y sí bastante escorado hacia un ser asesino, sanguinario, sin ningún respeto, por los que no compartían sus ideas, comunista, marxista, leninistas.

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Fdo:

Julio César González Padrón

Marino Mercante y Escritor

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