Hoy sigo compartiendo mis pinceladas históricas sobre las Islas Canarias, y en esta ocasión quiero centrarme en la Isla de Tenerife

Las dataciones más antiguas para el poblamiento de la isla de  Tenerife obtenidas en yacimientos arqueológicos de Icod de los Vinos (Cueva de los Guanches), sitúan la llegada de los primeros pobladores en torno al siglo vi a. C.9

Fray Alonso de Espinosa recoge en su obra confeccionada a finales del siglo xvi una tradición que tomó de los descendientes de los guanches.

“Los naturales guanches viejos dicen que tienen noticia de inmemorable tiempo, que vinieron a esta isla sesenta personas, mas no saben de dónde, y se juntaron e hicieron su habitación junto a Icod, que es un lugar de sta isla, y el lugar de su morada llamaban en su lengua Alzanxiquian abcanahac xerac, que quiere decir: ‘Lugar del ayuntamiento del hijo del grande’”.

Estas poblaciones estaban entroncadas con los antiguos bereberes del norte de África. Un 55% de los linajes aborígenes tienen sus homólogos más cercanos en el Magreb. Sin embargo, estos no incluyen al haplogrupo U6b1, por lo que el origen concreto de los primeros pobladores sigue siendo una incógnita.

Una evidencia de la procedencia norteafricana de los “guanches” es la toponimia que, muestra un claro parentesco con las lenguas bereberes. Muchos de los topónimos guanches son interpretables a partir del bereber continental. Usualmente en bereber los nombres y adjetivos masculinos empiezan por a- (a veces i- o u-), mientras que los nombres femeninos empiezan en t.

Aparte de la vecindad y del parecido físico de muchos habitantes de ambos pueblos y en el parecido de algunas costumbres, existen varias coincidencias como que los guanches no eran marinos, aunque eran pobladores de islas, ni tenían armas de largo alcance, como las tribus bereberes del norte de África.

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