El pasado marte 13 de abril, murió, o como a él le gustaba decir, “hasta acá llegué”, a los 89 años de edad, uno de los grandes hombres del siglo XX, José Alberto Mujica Cordano, “Pepe Mujica”.
Lo que no pudo los 10 balazos que recibió durante la dictadura militar hace 50 años, o los 10 años que estuvo confinado en un pozo de poco más de un metro cuadrado, de donde solo lo sacaban dos veces al mes para caminar por un patio durante media hora, y para no terminar volviéndose loco domesticó y alimentó ratones., lo pudo el Cáncer
De aquel agujero salió gravemente enfermo y perdió un riñón, pero, a pesar de todas las penurias sufridas, era contrario a victimizarse.
Aquello años de confinamiento, según sus palabras: “moldearon su forma de pensar. La necesidad de existir lo lleva a uno a pensar y a hacerse preguntas que en la vida cotidiana difícilmente se hagan”
Nuestro hoy homenajeado Pepe Mujica, en los últimos días de su vida decía sin perder la fe en el hombre: “yo me dediqué a cambiar el mundo y no cambié un carajo, pero estuve entretenido y le di un sentido a mi vida. Moriré feliz. Gaste soñando. Me cagaron a palos y todo lo demás, pero no importa; no tengo cuentas para cobrar, porque en vida hay heridas que no tienen cura y hay que aprender a seguir viviendo”
Debo confesar que, en mis 73 años de vida, pocas personas han impactado tanto en mi vida como la historia y vida de este extraordinario hombre que, se nos fue y que es Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay o como a él gustaba decir: “no me estoy marchando, estoy llegando”
Sin lugar a la más mínima duda “Pepe Mujica”, fue una figura emblemática, humanística de la política uruguaya y mundial, conocido por su humildad, su compromiso con la justicia social y su estilo de vida austero. Su fallecimiento ha generado una ola de homenajes y recuerdos y yo no podía ser menos al hacerlo hoy con mi pluma, con todo el cariño, admiración y respeto que me inspiraba.
Aquellos mandatarios mundiales, que más tarde quisieron entrevistarse con él, tuvieron que, meter los pies en el barro de su huerto; como le ocurrió al presidente Lula da Silva, o al propio Rey de España Juan Carlos I, a quien le dijo, “tu no tuviste en la vida la suerte que he tenido yo, porque naciste rey.” Y siempre tuteándolo. Jajajajaja.
Por todo ello y porque lo merece, valgan estas líneas como homenaje póstumo y recuerdo de un gran hombre que, con su ejemplo de vida, me enseño a “crecer por dentro”.
José Mujica vivió en su “chacra” (casa de campo) en el Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo, durante más de 35 años. Este lugar no solo fue su hogar, sino también un reflejo de sus principios de vida: humildad, sencillez y conexión con la naturaleza.
Su casa era modesta, sin lujos ni comodidades excesivas. Estaba rodeada de cultivos, gallinas y herramientas de trabajo. Disfrutaba de la tranquilidad del campo y del contacto directo con la tierra y a pesar de haber sido presidente, nunca aceptó mudarse a la residencia oficial y prefirió seguir viviendo en su chacra junto a su esposa, Lucía Topolansky.
El expresidente Mujica, solía pasar sus días cuidando su huerto, cosechando tomates y recorriendo su terreno en su viejo tractor. Para él, la vida en el campo era una forma de mantenerse fiel a sus valores y de demostrar que la felicidad, no dependía de la acumulación de bienes materiales. Así, su estilo de vida austero, lo convirtió en un referente mundial de coherencia y ética política.
Incluso en sus últimos días, Mujica continuó viviendo en su chacra, rodeado de la naturaleza y de las personas que lo querían. Su hogar fue el escenario de muchas entrevistas y encuentros con líderes y ciudadanos que buscaban escuchar su sabiduría sin pretensiones.
José Mujica tuvo una vida marcada por momentos clave que definieron su trayectoria y su visión del mundo y fueron tantos y tan enriquecedores, que me da “magua” el solo pensar el que me pueda olvidar de algunos aquí como:
1º.-Infancia humilde y primeros años: nació en 1935 en Montevideo, en una familia de clase baja. Su padre falleció cuando él tenía seis años, lo que obligó a su madre a trabajar intensamente para sostener el hogar. Esta realidad forjó en Mujica una sensibilidad especial hacia los marginados y la austeridad como valor de vida.
2.- Ingreso al Movimiento Tupamaros: en la década de 1960, Mujica se unió al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, una guerrilla urbana que luchaba contra la desigualdad social. Participó en acciones armadas y fue detenido en varias ocasiones.
3.- Años en prisión: Mujica pasó casi 13 años encarcelado, varios de ellos en condiciones extremas de aislamiento. Durante este tiempo, reflexionó sobre la vida, el poder y la política, lo que moldeó su visión más conciliadora en años posteriores2.
4.-Relación con Lucía Topolansky: conoció amada a Lucía Topolansky, también guerrillera y posterior vicepresidenta de Uruguay, en prisión. Su relación fue un símbolo de militancia compartida y amor sin ostentación.
5.-Vida en la chacra y rechazo al protocolo presidencial: durante su presidencia (2010-2015), Mujica donó el 90% de su salario, usó un viejo Volkswagen Fusca y evitó vivir en la residencia oficial. Este estilo de vida austero le valió el apodo de “el presidente más pobre del mundo”3.
6.-Presidencia y reformas históricas: como presidente, impulsó leyes progresistas como la legalización del matrimonio igualitario, el aborto y la marihuana. Su gobierno fue reconocido internacionalmente por su enfoque social y su coherencia personal.
7.- Últimos años y lucha contra el cáncer: en abril de 2024, Mujica anunció que tenía cáncer de esófago. A pesar de los tratamientos, la enfermedad avanzó y en enero de 2025 comunicó que su cáncer había hecho metástasis, dejando un mensaje de despedida a la población.
Esta serie momentos históricos de su existencia, con las que he pretendido reflejar la vida de un hombre que, más allá de la política, dejó una huella imborrable en la historia de Uruguay y el mundo entero, lo anuncio así de detallado, para mostrar al querido lector lo que era un gran hombre, único, irrepetible; un auténtico líder que, nos dejó un legado imborrable. Porque José Mujica no solo fue presidente de Uruguay, sino que se convirtió en un símbolo global de la política con valores. Su vida estuvo marcada por la lucha por la justicia social, la sencillez y un profundo compromiso con los ideales democráticos. Su estilo directo y sin adornos lo convirtió en una figura admirada más allá de las fronteras de su país que podríamos hoy resumir en:
Desde guerrillero a presidente de su país: su vida estuvo llena de contrastes. Pasó de ser un militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, enfrentándose al gobierno, a convertirse en el máximo representante de su nación y a pesar de los muchos años de prisión y dificultades personales, no mermaron su convicción de que la política podía ser una herramienta para mejorar la vida de los ciudadanos.
La humildad como principio rector: uno de los aspectos que más lo distinguió fue su forma de vivir. Rechazó lujos y privilegios propios de su cargo, optando por seguir con su vida sencilla en una modesta chacra y donando gran parte de su sueldo presidencial a causas sociales. Esta actitud lo convirtió en un referente ético para muchos ciudadanos dentro y fuera de Uruguay.
Con su mensaje universal sobre la felicidad y el consumo: Mujica defendió con firmeza la idea de que la felicidad no dependía de la acumulación de bienes materiales. En sus discursos, instó a las sociedades modernas a cuestionar el consumismo desenfrenado y a replantear sus prioridades. Su pensamiento sigue siendo citado en debates sobre calidad de vida y sostenibilidad.
Con esa huella de sus palabras en el mundo: sus discursos, llenos de reflexiones profundas y con un toque de sencillez poética, lo convirtieron en un orador único. Su intervención en la ONU en 2013 y sus mensajes sobre la crisis ambiental y social resonaron en una audiencia mundial. Más que un político, Mujica se convirtió en un sabio contemporáneo cuya voz sigue vigente.
De Pepe Mujica, se pueden contar una y mil historias o anécdotas, pero a mi me gusta destacar la de su relación con su viejo coche Volkswagen Beetle de 1987.
José Mujica tenía un vínculo especial con su Volkswagen Sedán azul celeste modelo 1987, conocido como «El Fusca». Este automóvil se convirtió en un símbolo de su filosofía de vida austera y su rechazo al materialismo. Mujica lo utilizó durante su presidencia (2010-2015) y mucho después de dejar el cargo, prefiriéndolo sobre vehículos oficiales para desplazarse desde su chacra en el Rincón del Cerro hasta Montevideo.
El Fusca no fue adquirido directamente por él, sino que fue un regalo de un grupo de amigos cercanos cuando asumió responsabilidades políticas de mayor escala. Mujica siempre lo consideró un obsequio entrañable, lo que explica por qué rechazó venderlo incluso cuando recibió ofertas millonarias en 2014 o cuando un jeque árabe le ofreció un millón de dólares por el vehículo; pero Mujica rechazó la oferta sin dudarlo, afirmando que: “el auto era parte de su historia y que él no tenía interés en el dinero”.
Este Volkswagen se convirtió en una extensión de su discurso político y filosófico, representando su oposición al consumismo y a los privilegios del poder. A pesar de su desgaste por el tiempo, Mujica lo siguió utilizando hasta sus últimos años, manteniéndolo en su “chacra” como un recordatorio de su compromiso con la sencillez y la cercanía con el pueblo.
Otra historia curiosa es que, cuando era senador y ministro, Mujica solía ir al Parlamento en moto junto a su esposa, Lucía Topolansky e incluso cuando fue presidente, siguió con esta costumbre, demostrando que el poder no cambiaba su esencia.
En su “chacra”, Mujica también recibía a líderes políticos y figuras internacionales en un ambiente completamente informal. En una entrevista, contó que en su casa tenía un “galpón” lleno de herramientas y objetos antiguos, muchos de ellos cubiertos de polvo porque el piso era de tierra. Allí guardaba su Volkswagen y otros recuerdos personales.
Estas anécdotas reflejan su autenticidad y coherencia con sus principios, de su compromiso con la sencillez y la cercanía con el pueblo
FILOSOFIA DE VIDA DE PEPE MUJICA
Capítulo aparte, merece mencionar su filosofía de vida donde José Mujica promueve una filosofía de vida basada en la austeridad, la libertad y la felicidad auténtica. Su pensamiento se centraba en la idea de que la verdadera riqueza no está en la acumulación de bienes materiales, sino en la capacidad de disfrutar el tiempo y vivir de manera sencilla. Algunas de sus ideas clave incluyen:
Crítica al consumismo: Mujica sostenía que la sociedad moderna nos convierte en esclavos del consumo, haciendo que trabajemos más para comprar cosas que no necesitamos. Para él, la felicidad radicaba en la sobriedad y en vivir con lo justo3.
La Libertad y tiempo: defendía que el tiempo es el recurso más valioso y que no debe desperdiciarse en la acumulación de bienes. “La gente no compra con plata, compra con el tiempo que tuvo que gastar para tener esa plata”.
El amor y la comunidad: Mujica creía que la verdadera riqueza estaba en las relaciones humanas y en la solidaridad. Para él, la pobreza no era la falta de dinero, sino la falta de comunidad4.
La Resiliencia y lucha: siempre enfatizó la importancia de levantarse después de cada caída, afirmando que el verdadero triunfo en la vida es seguir adelante a pesar de las dificultades.
La política como servicio: consideraba que la política no debía ser un medio para enriquecerse, sino una herramienta para mejorar la vida de los demás. Por eso, donó la mayor parte de su salario como presidente y vivió en su chacra de manera humilde.
Su legado sigue inspirando a quienes buscan una vida más auténtica y libre de las presiones del materialismo.
Hasta siempre amigo Pepe Mujica. Si, ya se que eras “ateo por la gracia de Dios”, como comentaste en más de una ocasión y además creo sinceramente que tenías razón, porque solo Nuestro Señor Buen Dios posee ese poder y gracias celestial, para crear un ser de tu autenticidad y calidad humana; por ello, yo estoy convencido que, ahora mismo, estás con Él en el Cielo, compartiendo su Gloria eterna.
Gracias Pepe, por todo lo que nos has aportado con tu ejemplo de vida. ¡Grande Pepe Mujica!
¡Qué cosas!
Fdo: Julio César González Padrón
Marino Mercante y Escritor