El pasado domingo, como vengo haciendo últimamente, ocupé mi tiempo de ocio en “auto brindarme” un relajador paseo por la bonita Avenida de Las Meloneras, en el sur de la isla, desde donde entre otras cosas, se puede contemplar una puesta de Sol realmente espectacular.
Dicha, Avenida recomendable visitar, arranca a pie del no menos emblemático Faro de Maspalomas y acaba precisamente en la playa que da nombre a la propia Avenida.
El Faro que tantos recuerdos de infancia me trae, pues mi padre en una ocasión siendo niño me llevo a verlo y como conocía al farero, le pidió que me lo enseñara por dentro y éste ni corto ni perezoso, me animó que lo acompañara hasta la linterna y mientras subíamos aquella interminable escalera, me iba explicando lo importante, que era su trabajo y la de los fareros de todo el mundo para la navegación marítima.
También recordaba mi feliz época de marino, cuando desde el puente de mi barco y con la “Alidada” (instrumento de navegación), “lo marcaba al través” y anotaba en el Cuaderno de Bitácoras, como último lugar de España visto, y a continuación trazar el nuevo rumbo directo u ortodrómico, hacia cualquier puerto de América del Sur o de África subsahariana que fuera al que nos dirigiéramos.
Tiene el faro 56 metros de altura, lo que lo convierte en el más alto de Gran Canarias. Es obra del ingeniero grancanario D, Juan de León y Castillo y comenzó a funcionar en 1880; hoy completamente automatizado y sin farero
Su “linterna” proyecta una a luz blanca, con un alcance de 19 millas, en fases de 1 segundo de ocultación, seguido de 4 segundos, para luego de 1 segundo más, volver a repetirse.
Como dato curioso, apunto de este faro posee 246 escalones y sus dependencias inferiores, donde habitaba el farero con su familia, poseía además un despacho Oficial, para la Autoridad del Ministerio de Obras Públicas cuando lo visitaba, y varias dependencias más, que se usaban como almacén y habitaciones para los técnicos que temporales acudían para el mantenimiento del mecanismo del mismo.
Hoy es visitables por el público en general, y sus instalaciones han sido utilizadas en alguna que otra ocasión, con fines culturales, convirtiéndose en un lugar ideal como sede de exposiciones de arte, mercadillos de objetos típicos, conferencia, etc. etc.
Pero volvamos a mui relajante paseo dominguero vespertino, por tan bonita Avenida, motivo del artículo.
Mientras iba caminado pude comprobar, para para mi satisfacción personal y una vez más, el abundante turismo de todas las nacionalidades, que a Dios gracia nos siguen visitando. Pero tan agradable paseo quedó empañado momentáneamente, por la inoportuna presencia un grupo, de no más de 20 personas que, vociferaban… ¡Fuera, fuera! tras una pancarta escrita en inglés y que rezaba: “Tourists go home”. (turistas vete a tu casa).
La escena aparte de desagradable e inoportuna, la verdad sea dicha, me amargó la tarde que se me prometía tan feliz y placentera. ¡Pobres diablos! Pensé para mis adentros. Sus intelectos no le dan para más.
Porque queridos amigos, a nadie a estas alturas, más que estos grupos aislados y minoritarios de “progres iluminados” se les esconde que, el Archipiélago Canario es un paraíso inigualable, no solo por sus paisajes espectaculares y su clima privilegiado, sino también por su rica cultura y hospitalidad.
Por eso afirmo que, el turismo por mucho que digan estos voceros progres de grupos afortunadamente minoritario, los cuales están en contra del progreso de nuestra tierra y por lo tanto, de seguir desarrollando o incluso intentando acabar con nuestro modelo turístico, no acepten que sea éste la columna vertebral de la economía canaria, que genera empleo y bienestar para nuestra gente, y el o los que digan lo contario , es van por la vida más perdidos, como diríamos por esta tierra…, “que el barco del arroz”
Sus cortos intelectos no le dan para comprender que, en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, es crucial que el turismo en Canarias no solo exista, sino que evolucione y que además que lo haga enfocándose hacia la calidad.
Como siempre aclaro, no pretendo hacer cátedra con mis palabras, ni mucho menos creerme en posesión de la única verdad, pues al fin y al cabo no soy más que, un “mauro” de Telde, que por profesión (marino Mercante) me recorrido el mundo unas cuantas veces y conozco un sinfín de países y culturas diferentes; por ello, me mantengo en el convencimiento que nuestra industria turística es algo que debemos mimar, proteger y desarrollar en Canarias, destacando la imperiosa necesidad de que sea sobre todo de calidad.
Porque el turismo de calidad atrae a visitantes con mayor poder adquisitivo, lo que se traduce en un aumento de ingresos para la región.
Esto no solo beneficia a las empresas turísticas como piensan estos iluminados de pancarta fácil, sino también al pueblo llano u otros sectores, como la gastronomía, la artesanía y el comercio local.
Además, un turismo de calidad bien gestionado, puede generar empleos estables y bien remunerados, mejorando la calidad de vida de los habitantes de las islas.
Ahora bien, el desarrollo de un turismo de calidad, implica un compromiso con la sostenibilidad. Los turistas más conscientes buscan destinos que protejan su entorno natural y fomenten prácticas responsables.
En este sentido, es vital que Canarias adopte políticas de conservación ambiental, promoviendo el ecoturismo y reduciendo la huella ecológica
La preservación de sus playas, parques naturales y biodiversidad es esencial para mantener el atractivo del Archipiélago.
La oferta del turismo de calidad no se debe limitar a Sol y playa y en este sentido, Canarias tiene un potencial inmenso para diversificarla y atraer a diferentes tipos de viajeros; desde el turismo cultural, ofreciéndoles nuestros festivales y sobre todo rico patrimonio histórico, hasta las de poder hacer turismo deportivo y de aventura, como podrían ser el senderismo, deportes náuticos, surf, golf, etc, etc. Por lo que, empeñarnos en ofrecer esta gran gama de amplias de experiencia, sin lugar a ninguna dudad, enriquece la percepción del destino y fideliza a los visitantes.
Pero no debemos obviar que para atraer y mantener un turismo lo que se dice “de calidad”, es fundamental no dejar de invertir en infraestructuras y servicios. Esto incluye mejoras en el transporte, alojamiento, restauración y atención sanitaria.
Un destino bien conectado y con servicios de excelencia, es más atractivo para los turistas exigentes, quienes valoran sobremanera la comodidad y la seguridad durante su estancia.
La promoción de Canarias como un destino de calidad, requiere volcarnos literalmente en estrategias de marketing efectivas, las cuales desgraciadamente y ahora mismo nuestras autoridades, tanto Cabildos, Ayuntamientos o Gobierno de Canarias, no las están llevando a cabo lo suficientemente bien como debieran.
Es necesario destacar nuestros atributos únicos y nuestro compromiso con la sostenibilidad y el bienestar del visitante, utilizando las nuevas tecnologías y las redes sociales para llegar a un público global, pues es ésta es una herramienta poderosa para posicionar a Canarias como un referente en turismo de calidad a nivel mundial.
En definitiva, que en contra de lo que proclaman esos “voceros progres” del pasado domingo en Meloneras en contra del turismo, con proclamas absurdas, trasnochadas y falta de rigor, yo me mantengo en que, mimar, proteger y desarrollar el turismo en Canarias, debe ser una tarea conjunta que involucre a todos los actores de la sociedad.
Apostar por un turismo de calidad no solo garantizará un crecimiento económico sostenible, sino que también preservará el entorno natural y cultural del archipiélago, garantizando un futuro mejor para nosotros y nuestras las generaciones venideras.
Canarias junto a la calidad de sus gentes, fuera de toda duda, tiene sobradamente lo necesario para seguir siendo un destino deseado y admirado a nivel mundial, siempre y cuando se enfoque en ofrecer una experiencia turística excepcional y de alta calidad.
Lo siento paisanos “progres descamisados”, pero este viejo mauro de Telde, en esta ocasión, como en tantas otras, seguirá sin compraros vuestras proclamas progres y tercermundistas y por favor, no me llaméis “facha” que, eso es otra cosa y muy fea, que yo, tengo ya muchos años y mucho salitre en los ojos, para no expresarme como me da la real y en mi caso, “marítima gana”
¡Qué cosas!
Fdo. Julio César González Padrón
Marino Mercante y escritor