¿Existe actualmente una crisis de valores humanísticos?
En principio y desde un punto subjetivo debo que dejar claro que, los “valores humanísticos” a los que me refiero, son aquellos valores o normas que se centran en la dignidad, el respeto y el desarrollo integral del ser humano.
Estos valores tienen sus raíces en la filosofía Humanista, que prioriza la importancia de las personas, sus derechos y sus responsabilidades en el mundo.
En definitiva, lo que es la preocupación , primero el Hombre, luego el Hombre y por último el Hombre y nunca, el famoso y egoísta eslogan de “American First” con que se le llena la bocaal “pistolero rubio del salvaje oeste americano”, más rápido en desenfundar su colt 45 largo, que tienen nombre de pato de Disney, Donal Trump o del otro “figura” también rubio ruso, especialista en “operaciones especiales” , que acaban convirtiéndose en una guerra que no deja títere con cabeza, ya seas un anciano, niño, hombre o mujer.
Para este “mauro de Telde”, viejo lobo de mar jubilado, algunos ejemplos clave de valores humanísticos deben tener en cuenta lo siguiente:
Primero que nada, a la Dignidad Humana, pero cimentada en reconocimiento y respeto del valor intrínseco de cada individuo; luego la Libertad o capacidad de actuar según la propia voluntad, y siempre que no se dañen los derechos de los demás; seguido de la Igualdad, en tratar a todas las personas con justicia, sin discriminación por razones de género, clase social, raza, religión o cualquier otra condición, sin olvidar la Solidaridad o disposición a colaborar para ayudar a los demás; especialmente en tiempos de necesidad, y todo ello con Empatía manifestada en la habilidad de comprender y compartir los sentimientos de otros, y por último con la Justicia, elevada al compromiso con la equidad, la protección de los derechos y el cumplimiento de las normas éticas establecidas
Estos “valores” han sido fundamentales en la evolución de las sociedades democráticas y libres, sirviendo como guía para construir comunidades más éticas, inclusivas y conscientes.
Aunque su interpretación pueda variar según las culturas o contextos históricos, su esencia permanece constante, o lo que es lo mismo, poner siempre al ser Humano y su bienestar en el centro de todas las decisiones.
Pero la pregunta sería… ¿Cómo tendríamos que aplicar estos Valores en la actualidad?
En la actualidad, los valores Humanísticos, se deberían aplicar en diversos aspectos de la vida cotidiana, aunque nos enfrentemos a desafíos debido a los cambios sociales, económicos y tecnológicos.
Por ejemplo, en las Políticas públicas: los gobiernos y las organizaciones internacionales, deben intentar proteger y promover la dignidad humana mediante leyes específicas para cada caso, y tratados como los Derechos Humanos y las políticas de igualdad de género.
En cuanto a la Justicia, que ésta se vease reflejada en esfuerzos por combatir la discriminación, garantizando el acceso a la educación y promover equidad económica.
En la Educación fomentando la empatía y la solidaridad en las aulas a los niños desde pequeños a través de proyectos colaborativos y programas adaptados a sus edades, para que les ayuden a ir adquiriendo una conciencia social y ambiental.
Mas adelante en los Institutos, Escuelas Superiores o facultades universitarias, deben utilizarse para aportar temas éticos y Humanísticos en los planes de estudio, con el fin de preparar a individuos conscientes y responsables para el día de mañana.
En el ámbito tecnológico, la libertad y la justicia se aplicarían a través de debates sobre la privacidad digital, la regulación de la inteligencia artificial y el acceso equitativo a la tecnología, utilizando a las ONG u Organizaciones sin ánimo de lucro, movimientos globales de la tecnología, para promover la solidaridad, como pudieran ser, en campañas de recaudación de fondos para desastres naturales o crisis humanitarias.
Por otra parte, no olvidar que, las expresiones artísticas y culturales han sido vehículos poderosos para reafirmar la dignidad humana y promover la igualdad. Esto incluye películas, música y literatura que, aboguen por los derechos sociales, la inclusión y el respeto por las diferencias de pensamientos.
Muchas empresas han adoptado ya, afortunadamente, prácticas que reflejan valores humanísticos, como es la de garantizar el bienestar de los empleados, respetar los derechos laborales, y comprometerse con la sostenibilidad ambiental y eso hay que aplaudirlo y ponerlo en valor.
A nivel individual, la empatía y la solidaridad deben verse en acciones comunitarias, como el apoyo a vecinos vulnerables o el voluntariado para causas sociales.
Aunque estos “valores” estén presentes, no siempre son aplicados de manera consistente. Por ello, muchos como yo, consideramos necesario reforzarlos y actualizarlos, para que respondan a los retos contemporáneos, como pudiera ser el cambio climático, la polarización social o la ética en la inteligencia artificial.
Y tu amigo lector, me preguntarás. ¿Pero que qué papel concreto puede jugar la tecnología en la promoción de la Justicia?
Y yo te respondo y aseguro amigo que, la tecnología juega un papel fundamental en la promoción de la Justicia, pues puede ofrecer herramientas y recursos que facilitan el acceso equitativo, la transparencia y la eficiencia en procesos que, antes podían ser inaccesibles o ineficaces y para explicarme mejor , que soy consciente que como buen marino y “maúro” de Telde , tengo tendencia a enrollarme como los pulpos, aquí te detallo algunas maneras, que desde mi punto de vista, nombrada tecnología podría perfectamente contribuir a este objetivo:
1. Acceso a la información y educación
Plataformas en línea que brinden acceso gratuito a la información sobre Derechos Humanos, leyes y recursos legales, que permitirá a las personas a conocer mejor y defender sus derechos.
Cursos y capacitaciones virtuales para fomentar el empoderamiento de comunidades desfavorecidas, promoviendo la igualdad de oportunidades.
2. Transparencia y lucha contra la corrupción
Herramientas como el “blockchain” (libros de contabilidad compartidos), que aseguren registros inalterables en transacciones y procesos, minimizando la corrupción en sectores como la administración pública, tan de moda, por desgracia.
Aplicaciones que promuevan la denuncia anónima, permitiendo a los ciudadanos reportar injusticias sin temor a represalias.
3. Justicia inclusiva y accesible
Plataformas de inteligencia artificial que se utilizarían para agilizar procesos judiciales, reduciendo el tiempo y el costo asociados a éstos.
Soluciones tecnológicas que permitan la digitalización de servicios legales, haciendo que sean accesibles para personas en zonas remotas o con recursos limitados.
4. Movilización social y activismo
Creación de Redes Sociales y Plataformas Digitales que, amplifiquen las voces de comunidades vulnerables, atrayendo la atención hacia temas de injusticia social y promoviendo cambios.
O las campañas de “crowdfunding” (financiación on line), que permitan recaudar fondos para causas legales o sociales, brindando apoyo a quienes lo necesitan.
5. Monitoreo y defensa de derechos humanos
Uso deTecnologías avanzada, como drones y satélites, que se utilicen para documentar violaciones de derechos humanos en regiones de difícil acceso.
Todas ellas auténticas Herramientas de análisis de datos que ayudan a identificar patrones de discriminación o abuso, permitiendo una respuesta más eficaz y basada en evidencia.
Aunque no nos engañemos compadre, pues si bien la tecnología ofrece grandes oportunidades para promover la Justicia, también plantea desafíos éticos, como sería el riesgo de sesgos en sistemas de inteligencia artificial o el uso indebido por algunos “listillos”, de herramientas de vigilancia.
Por ello y para evitar esas malas praxis es crucial establecer regulaciones y principios éticos, sólidos y así de esta manera, garantizaríamos que la tecnología se utilizan de una manera justa y equitativa.
O como diríamos en Canarias… “Tu amigo, sigue con “la variada” que es mejor para los dos y hágame caso cristiano, que yo siempre riego las plataneras con dos dulas y hasta me sobra agua”.
¡Qué cosas!
Fdo. Julio César González Padrón
Marino Mercante y escritor