Recordando a nuestro gran Néstor Álamo

Néstor Álamo Hernández fue un destacado compositor, periodista y escritor grancanario, que está considerado como uno de los grandes exponentes de la música y cultura popular canaria. Nació el 27 de febrero de 1906 en Santa María de Guía de Gran Canaria y falleció el 24 de marzo de 1994 en Las Palmas de Gran Canaria.

Desde joven mostró interés por la música, aunque nunca recibió formación académica en este ámbito. Su carrera profesional abarcó diversas disciplinas; desde la investigación histórica hasta la composición musical, dejando un legado significativo en la identidad cultural de Canarias.

Fue director conservador de la Casa de Colón y Cronista Oficial de Gran Canaria, además de colaborar en numerosos periódicos bajo el seudónimo de “Juan Farías”.

En el ámbito musical, se le conoce como el “Padre de la Canción Canaria” debido a la calidad de sus composiciones. Creó más de 40 canciones que forman parte del patrimonio musical canario; entre ellas podemos destacar a: “Sombra del Nublo”, “El Cambullonero” y “Maspalomas y tú”.

Su obra refleja un profundo amor por su tierra chica y una dedicación incansable a la preservación de su cultura.

Néstor Álamo tuvo una vida llena de logros y contribuciones a la cultura canaria. Y he aquí algunos de sus hitos más importantes:

1.-Cronista oficial de Gran Canaria, lo que le permitió documentar y preservar la historia de la isla.

2.-director conservador de la Casa de Colón, donde impulsó la investigación sobre la relación de Canarias con América.

3.-Reconocimientos y premios, entre ellos el Premio Canarias de Investigación en 1989, el título de Hijo adoptivo de Las Palmas de Gran Canaria, y la distinción de Comendador de número de la Orden del Mérito Civil.

4.-Labor periodística y literaria, colaborando en diversos medios y fundando el semanario “La Voz del Norte”.

5.- Su importante contribución musical, con más de 40 canciones que forman parte del patrimonio cultural canario, como: Sombra del Nublo y El Cambullonero.

Su legado sigue vivo aun en la música, la historia y la identidad de Canarias

Como Cronista Oficial de Gran Canaria, Néstor Álamo desempeñó un papel fundamental en la preservación y difusión de la historia y cultura de la isla. Su trabajo se centró en la investigación de documentos históricos, la recopilación de tradiciones y la divulgación de conocimientos sobre el pasado canario.

Uno de sus grandes aportes fue la clasificación de los archivos del Museo Canario, especialmente los documentos relacionados con la Inquisición de Canarias; lo que permitió un mejor acceso a estos registros históricos. Además, colaboró en la restauración de importantes obras arquitectónicas y dirigió la Casa Museo de León y Castillo de Telde, la Casa de la Cultura de Tejeda y la Casa de Colón, donde impulsó estudios sobre la relación de Canarias con América.

Sin embargo, su labor como cronista no solo se limitó a la investigación, sino que también se reflejó en su producción literaria y periodística. Fundó el semanario La Voz del Norte y escribió numerosos artículos en medios como El País, Hoy y Diario de Las Palmas, a veces bajo el seudónimo de “Juan Farías”

El legado de Néstor Álamo en la música canaria es inmenso. Se le considera el “Padre de la Canción Canaria” debido a la calidad y profundidad de sus composiciones, que capturan la esencia de la identidad cultural del archipiélago.

A pesar de no haber recibido formación musical académica, compuso más de 40 canciones que hoy forman parte del patrimonio musical de Canarias. Algunas de sus obras más emblemáticas incluyen:

1.- “Sombra del Nublo”, una canción que evoca la belleza y nostalgia de la tierra canaria.

2.-“El Cambullonero”, que retrata la vida de los comerciantes y marineros en los puertos de las islas.

4.-“Maspalomas y tú”, un homenaje a la emblemática zona turística de Gran Canaria.

5.-“Ay, Teror, qué lindo eres”, dedicada a la localidad de Teror y su tradición religiosa.

Su música no solo ha sido interpretada por artistas canarios, sino que ha trascendido generaciones, convirtiéndose en un símbolo de la identidad isleña. Además, su trabajo ayudó a consolidar el folclore canario y a darle visibilidad fuera del archipiélago.

Concretamente la canción “Sombras del Nublo”, ha tenido un impacto profundo en la cultura canaria desde su presentación y estreno en el año de 1937 en el Teatro Pérez Galdós de las Palmas de Gran Canaria, hasta nuestros días y se considera el himno sentimental de la Isla.

Tanto significa para los grancanarios, que el propio Cabildo de la Isla, tuvo a bien considerarla, como el” himno oficial de Gran Canaria”.

Por otra parte, nuestro famoso y mundialmente reconocido Agredo Kraus le ha dado proyección internacional.

En cuanto a su labor listeria pura, debo apuntar que, su obra literaria se caracteriza por una profunda investigación histórica y un estilo narrativo que busca preservar la memoria de Canarias. Prueba de ellos son sus:

“Crónica de un siglo”, se trataba una serie de artículos publicados en Diario de Las Palmas que narran la historia social y cultural de Gran Canaria desde mediados del siglo XIX hasta el siglo XX.

Varios Estudios sobre la Inquisición en Canarias, resultado de su trabajo en la clasificación de documentos históricos en El Museo Canario.

Infinidad de artículos periodísticos, publicados en medios como El País, Hoy y Falange, donde abordó temas históricos y culturales.

Y la Fundación del semanario “La Voz del Norte”, donde promovió el conocimiento de la historia y tradiciones canarias.

Pero no quiero acabar este artículo/ recuerdo de nuestro gran Nestor Álamo, sin contar alguna anécdota de su juventud.

Nestor, como tantos otros jóvenes canarios de entonces, emigró a Cuba en busca de mejorar su vida. Iba acompañado de mi tío abuelo político Blas Guedes, al que cariñosamente llamábamos en casa, “San Blas”, por lo buena persona que era.

Cuando estos dos jóvenes isleños llegaron a la Habana, se encontraron con una moderna y bulliciosa ciudad llena de encanto y como decía mi tío Blas, rebosante de “cubanitas, que lo tenían todo para atrás y todo para delante”.

Según me contaba mi tío Blas, ellos con aquellos cuerpos jóvenes también rebosantes de testosterona, no podían mirar para otro, ni permanecer impasibles ante aquel espectáculo que se les ofrecía a diario, casi sin buscarlo.  Encima Nestor que siempre fue un buen musico, y aunque sin estudios de conservatorio, las volvía locas a todas las jovencitas cubanas, tocando el piano en los muchos cabaret y salas. Por otra parte, mi tío abuelo   Blas que, siempre fue un bailarín, no desaprovechaba la ocasión para mover el cuerpo, agarradito a semejantes monumentos caribeños.

De esta manera y fijo de juerga en juerga, no hicieron fortuna y tuvieron que regresar a Canarias con unos pocos pesos en los bolsillos.

Al llegar a Las Palmas en el mismo muelle de Santa Catalina, Nestor preguntó a Blas. ¿Y tú, en que vas a emplear esos poquitos pesos de oro que conseguiste ahorrar? A lo que le contestó: Posiblemente le compre a un tal Izquierdo una librería, que regenta, junto a un estudio fotográfico en cerca de la plaza de San Gregorio en Telde. Luego Blas le hizo la misma pregunta … ¿Y tú Nestor? A parecer este esgrimió una carcajada y le contestó: ¡Ay! amigo Blas, yo estoy peor que tú, porque encima no conseguí ahorrar un peso; así que, cuando llegué a Guía, mi familia me raja el timple en la cabeza. Pero como tu sabes que yo soy un buen ebanista, posiblemente monte mi propio taller en una casa que poseo en la calle Peregrina de Las Palmas.

Y así lo hizo, por cierto, casa que actualmente e incomprensiblemente encuentra hoy, si no en estado ruinoso, si muy deteriorada. ¡Una pena! Porque forma parte de nuestro patrimonio histórico.

Al citado lugar acudió la madre de un buen amigo mío, con el objeto que le restaurara un crucifijo de madera, traído precisamente de Cuba, unos años atrás y que su Cruz, se encontraba bastante deteriorada. Al parecer Nestor Álamo, lo tomo en sus manos y exclamó…Mi usted buena señora, yo es que soy ateo, pero se lo voy a arreglar con mucho cariño y, además, no le voy a cobrar nada, porque es usted, la primera clienta que ha entrado en esta casa.  Jajajajaja.

Eso es la mejor muestra de ese carácter simpático, de canario socarrón del Norte que, poseía nuestro irrepetible Nestor Álamo el que, aunque “ateo por la gracia de Dios” como él de autodefinía, seguro que hoy habita en el Cielo con Nuestro Señor, que no deja de pedirle, que le toque y cante su famosa, “sombras del Nublo” y  que, al escuchar los primeros acordes, se acerca corriendo nuestro otro gran tenor, Alfredo Kraus y comienza “la parranda que va pá Teror”, para acabar recordando aquellos tenderetes a los que tantas veces acudía   en la playa de San Cristóbal, y cantaban   su…. “Quiero yo a un Cambullonero”

Mi amigo “P. B.”  que, casualidades de la vida, viene a ser el hijo de la señora que, en su día le había llevado el crucifijo cubano y deteriorado para que se lo restaurara. Se encontraba filmando un reportaje sobre Nestor Álamo por distintas partes de la Isla.

Ya habían estado en el Sur y ahora tocaba, sacar unas tomas en Agaete. Allí sentados de espaldas al mar, mi buen amigo “P.B.” le preguntó ¿Nestor, de que canciones te sientes tu más orgulloso? Él sin pensárselo mucho, le contestó, Tamadaba, luego Sombras del Nublo, Noches de Arguineguín, para luego agarrándose la barriga, girarse y señalando a la Isla de Tenerife, que, dicho sea de paso, no podía ni ver ni en pintura, exclama: ¡Miren a esos!, pero no me corten lo que voy a decir; Allí en esa isla fue donde acudió a llenarse la y tripa el traidor de Fernando Guanarteme y ahora nos quieren enviar en una caja, sus huesos… ¡Qué se vayan pal carajo, chicharreros de mierda! Y quédense con ellos, que aquí no nos hace falta tener recuerdos de traidores a Gran Canaria.

Otra prueba más de aquella simpática impronta canariona, que lo caracterizaba.

¡Grande Néstor!  

 

Fdo. Julio César González Padrón

Marino Mercante y Escritor

 

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