Desperdicio Infinito

Nauzet Edmundo González Rodríguez, es poeta, escritor, narrador oral y un poco actor de la vida.

Nuestros padres y abuelos cuando íbamos  a tirar la fruta porque tenía una pequeña mancha o un pequeño golpe, nos solían decir; »la comida no se desperdicia, eso es pecado mortal», y lo decían con una  convicción tan abrumadora que hasta no hacían sentir culpables, y era una convicción ética, moral y humana, por encima de su Fé religiosa, luego le quitaban la parte podrida o tocada y nos la comíamos, hoy tenemos mucha información al respecto,  y sabemos que las bacterias y toxinas pueden permanecer en la parte de la fruta aparentemente sana, pero, ellos conocieron el hambre y aprendieron a valorar y aprovechar la poca comida que tenían, la necesidad se comía a la ignorancia.

Cuando la comida ya no estaba en condiciones para que se la comieran los humanos, la hervían y se la daban a los perros, y el perrito se la comía feliz, agradecido, y es curioso, pero los animales solían morir de viejos, no intoxicados, hoy la gente tira esos alimentos y compra comida para gatos y perros.

Hoy acumulamos un montón de comida en las neveras y tiramos la mitad. Mi abuela y mi madre, tenían la costumbre de meter en una hondilla, que era un cuenco de loza y cristal, la comida que veían que se iba a estropear, y se la daban al vecino o familiar que sabían que la necesitaba (esa era una buena costumbre en nuestros pueblos y barrios), hoy simplemente se tira a la basura, y así millones de toneladas de comida absolutamente aprovechables.

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