- El volador encendió la noche para explotar en la energía de una fiesta que solo acaba de empezar
Marcando el reloj unos minutos para las 5 de la madrugada, Agaete queda envuelto en una magia difícil de explicar, vibrando con la emoción contenida que atesora La Diana. Con miles de corazones latiendo a un mismo ritmo, cuando se acerca la hora todas las calles de Agaete llevan al mismo punto, la fachada del Ayuntamiento, donde empieza todO.
Algunos acaban de llegar, otros ya llevan horas de celebración, pero a las 5 de la mañana se para el tiempo. A pesar del gentío, se hace el silencio hasta que el silbido del volador descorcha la fiesta. Con su estallido en el cielo queda inaugurado el día más multitudinario de las fiestas en honor a nuestra Señora de Las Nieves. La Diana descorcha la fiesta y abarrota Agaete en un mar de brazos y una alegría contagiosa, que en este año le ha tocado dirigir a la Banda de Agaete y la Banda Clandestina.
La calle tenía ganas de fiesta y así lo ha dicho alto y claro, con miles de danzantes que han inundado de emoción Agaete en una cita que es tradición, raíz, ilusión, celebración y reencuentro. La celebración se pone en marcha para casi 24 horas sin parar, con un recorrido por el pueblo que promete una noche de baile y seguramente muy corta para muchos. A la próxima cita se unirán los papagüevos, que junto a las bandas y a los miles de romeros/as llevarán la fiesta del casco al mar para reencontrarse ya entrada la tarde con la Virgen de Las Nieves.