Hoy queremos compartir una reflexión sobre cómo algunas personas pervierten las quejas vecinales por razones políticas y necesidad de protagonismo.
Hemos asistido a una denuncia por parte de una vecina de Becerril y varios políticos sobre un supuesto agravio con respecto a otros barrios porque no se ha hecho ninguna inauguración de un árbol de Navidad artesanal hecho por mujeres del mismo barrio.
Antes que nada, queremos felicitar a todas esas mujeres por el espectacular trabajo realizado y lamentamos profundamente que se vea manchado de esta polémica fabricada artificialmente. Se les debería caer la cara de vergüenza a los que han manchado algo tan bonito por intereses tan mezquinos.
El Ayuntamiento de Guía, este año, el año pasado, el año anterior y hace 10 años, al igual que el resto de Ayuntamientos, son los organizadores de las fiestas patronales y de las fiestas generales como pueden ser la Navidad o carnavales, y se hacen en el casco que es común para todos los vecinos. Las fiestas de los barrios la organizan las comisiones de fiestas o las AAVV y el Ayuntamiento colabora, siempre de forma proporcional. Las asociaciones piden una reunión o directamente solicitan los servicios de los que quieren que se haga cargo el Ayuntamiento y se intenta llegar a un acuerdo.
Hay muchas en nuestro municipio y la relación con la mayoría de las asociaciones es fluida y justa, pero hay algunas que tienen otros intereses, normalmente políticos, y aquí tenemos un ejemplo esclarecedor.
En el caso concreto de la inauguración del árbol de ganchillo de La Atalaya, que han utilizado como ejemplo de agravio, está organizada por la Comisión de Fiestas con la colaboración del Ayuntamiento, todo a través de los cauces normales de comunicación que no han existido en el caso de Becerril.
El árbol es novedad este año y, por tanto, desconocido para el Ayuntamiento y nadie se ha puesto en contacto a través de ninguna vía para coordinar una reunión en la que preparar un acto ni ha habido ninguna solicitud informal o formal. Y ahora intentan vender un relato de abandono al barrio que, en absoluto, se corresponde con la realidad. En verano, hubo una solicitud de colaboración para las fiestas de San Pablo, por las que el Ayuntamiento recibió un agradecimiento por parte de la Asociación de Vecinos.


