El sonido de nuestra identidad: Un regalo que trasciende el tiempo

En el archipiélago, el viento no solo sopla; canta. Existe una melodía invisible que recorre los riscos de Gran Canaria, las laderas de La Gomera y las orillas de El Hierro. Es una música que llevamos en la sangre, pero que a veces, entre el ruido de la modernidad y las luces de neón, corremos el riesgo de olvidar.

Con la llegada de El Día de Reyes, nos enfrentamos al dilema anual de qué regalar. Buscamos en estantes repletos de plástico y pantallas, olvidando que el regalo más valioso no es un objeto, sino una herencia. Como bien reza la campaña del Instituto Canario de Desarrollo Cultural y el Gobierno de Canarias: regalar instrumentos canarios es regalar música, identidad y cultura.

Mucho más que madera y cuerdas

Cuando ponemos un timple en manos de un niño, no le estamos dando un juguete; le estamos entregando una voz. Al regalar un tambor gomero o un pito herreño, estamos asegurando que el eco de nuestros antepasados siga resonando en las plazas.

Cada instrumento tiene un alma propia:

  • El Timple: Pequeño de tamaño, pero gigante en espíritu; el latido de nuestras parrandas.

  • Las Guitarras y Púas: El acompañamiento necesario para la nostalgia y la alegría.

  • El Tambor Gomero y el Pito Herreño: Sonidos primigenios que nos conectan con la tierra y el barranco.

  • Las Lapas: La percusión del mar, simple y profunda, que convierte cualquier reunión en una fiesta.

El folklore como resistencia

En un mundo cada vez más globalizado y uniforme, elegir lo nuestro es un acto de amor y de rebeldía cultural. «Cada cuerda, cada golpe, cada nota, mantiene vivo nuestro folklore y tradición». Es una frase que debería resonar en cada hogar canario. No se trata solo de folklore de museo; se trata de una cultura viva que respira a través de quienes la ejecutan.

Regalar un instrumento canario este 6 de enero es decirle a alguien: «Quiero que tu voz sea la nuestra». Es permitir que las manos jóvenes aprendan el oficio de acariciar las cuerdas o de marcar el ritmo con las lapas, garantizando que el hilo invisible que nos une como pueblo no se rompa nunca.

Una invitación a los Magos de Oriente

Este año, cuando sus Majestades de Oriente preparen sus camellos para recorrer las ocho islas, hagamos que sus sacos pesen con el aroma del cedro y el pino. Que en lugar de silencio digital, los hogares canarios despierten con el rasgueo de una malagueña o el repique de una isa.

Porque al final del día, los objetos pasan, pero la música permanece. Regala identidad. Regala Canarias.

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