Los más pequeños fueron protagonistas de la tarde, acercándose con ilusión a entregar flores y productos no perecederos, un gesto solidario que será destinado a las familias más necesitadas de la comunidad. Sus ofrendas, llenas de cariño y sencillez, dieron a la ceremonia un toque especial de esperanza y unidad.
El acompañamiento musical estuvo a cargo de la parranda La Última y Nos Vamos, que con su repertorio tradicional enriqueció la celebración y animó a los asistentes, aportando calidez y un ambiente festivo a la tarde.
La Iglesia y la comunidad parroquial desean expresar su más profundo agradecimiento a todas las personas que participaron y colaboraron en esta jornada de fe, solidaridad y encuentro. Gracias a cada familia, a los niños y niñas, a los voluntarios y a quienes hicieron posible una celebración tan significativa para el barrio de San Isidro.


