Por el título de la crónica, no se me asusten amigos y continúen leyendo qué, éste llamado “cementerio Ingles” de Las Palmas de Gran Canaria, quel cual, por cierto, fue declarado BIC (Bien de Interés cultural), “a la mua”, sin que se enteraran los políticos no muy amigos de este Isla, que como saben “haberlos ahílos”, no es cualquier cosa sin importancia.
Este lugar para enterrar “chonis”, fue necesario hacerlo porque, en la católica y “mea pila” palmeña sociedad del siglo XIX, no se podía concebir qué, un protestante o de cualquier otra religión , que no fuera la “católica, apostólica y romana”; y por lo tanto “hijos del mal”, los cuales habían vivido en “pecado mortal” fueran enterrados en el Católico Campo Santo , del no menos noble barrio de Vegueta, donde solo podían reposar eternamente aquellos que en vida habían profesado “la única y verdadera religión”; o lo que es lo mismo; la católica de toda la vida…..¡Chúpate esa!
Así las cosas, el primer “infiel” enterrado extramuros, fue un pobre marinero, que tuvo la desgracia de “espicharla” (ver léxico canario), durante la estancia de su barco en la Bahía de Las Isletas y se trataba de un tal, George Willians.
Mas tarde en 1829, murió la señora de Don Benjamín Walter, y como también se le denegó por el mismo motivo su entierro en el nombrado cementerio católico de Vegueta, el entonces Ayuntamiento, más laico y moderno, cedió los terrenos donde entonces venía a ser el mismísimo “culo del mundo” (ladera de San José) para que se pudiera construir allí un “chiringuito” mortuorio, que sirviera para dar sepultura a los ingleses protestante y a todo quisque del tipo y condición “hereje”, que no fuera católico y que residiera en la Isla en el momento de su muerte, como antes lo hacía la gente en Canarias; ósea “de repente o de un “pata tus”.
Como dato anecdótico, cabe destacar que, para su construcción la propia Graciosa Majestad Británica la Reina Victoria, envió de su propio bolsillo y “fuera de presupuesto oficial”, nada más y nada menos que, la escalofriante cifra de “50 libras esterlinas”. Que digo yo, como con semejante aportación económica, no entró o se tambaleó el futuro del imperio inglés.
En este cementerio también existen enterrados en sus correspondiente “joyos” personas de origen judío, hindú, noruegos, alemanes y holandeses. ¡Vamos! Lo que se dice un auténtico “fleje” de infieles, condenados todos ello al fuego eterno y sin remisión Jajajajaja.
O al menos eso aseguraban los Señores Obispos de entonces, que lejos de los clásicos líos de faldas con las damas “vegueteras”; cosa de lo que los acusaban aquellos envidiosos nobles caballeros cornudos de entonces, eran lo que se dicen todos unos Santos; me refiero a los Obispos naturalmente, porque a los maridos de las susodichas damas, no se les podía poner el aura divina en sus cabezas, por la imposibilidad de hacerlo con tanto cuerno, aunque fuera del tipo eclesiástico. Jajajajaja
¡Pero que malo soy! aunque en honor a la verdad, mi “Guía” no miente nunca, porqué… ¡Casos y más de uno, se dieron!
Y no me sigan tirando de la lengua que, al final el que se va a ir de cabeza al infierno voy a ser yo, y la verdad amigo, es que con esta “calufa” (ver léxico canario), que estamos padeciendo estos días, no es precisamente algo que me apetezca demasiado. Jajajajaja