Con el corazón en la mano y el pincel en mi tierra: Gracias, Valsendero, por permitirme darte lo mejor de mí

Hay momentos en la vida de un artista en los que el pincel deja de ser una herramienta de trabajo para convertirse en un canal de agradecimiento. Al cerrar este año, me detengo un instante para observar el camino recorrido y, por encima de todo, para valorar lo esencial: la salud propia y la de quienes me acompañan, esos instantes de paz que conquisto cada día y la oportunidad de ser útil a través de lo que amo.

Mi mayor aspiración este año ha sido la ecuanimidad y la gratitud por cada puerta abierta. Y qué mejor manera de sellar este ciclo que regresando a un lugar muy querido por mi, Valleseco.

Una obra para el alma en la Iglesia de Valsendero

Recientemente, he tenido el honor de situar una nueva obra en la Iglesia de Valsendero, respondiendo a una petición muy especial de Armando, Noelia y Yeray (presidente de la Asociación de Vecinos). Trabajar para este rincón tan hermoso conlleva una responsabilidad emocional distinta; es un diálogo entre el artista que soy hoy y el niño que fui.

En esta pieza, la representación de San Luis de Gonzaga no es solo una figura iconográfica, es una búsqueda de refugio y esperanza.

  • La Atmósfera y el Color: He buscado una paleta que trascienda lo visual para volverse sensitiva. Los tonos cálidos y las transiciones de luz representan esa claridad que todos buscamos en momentos de incertidumbre. Los azules y violetas sutiles no son solo pigmento, son vehículos de serenidad y protección.

  • La Simbología: La composición está diseñada para que el espectador encuentre un espacio de recogimiento. La luz que emana de la obra busca conectar con esa «paz interior» que mencionaba al principio, sirviendo como un faro espiritual dentro del templo.

Un deseo compartido

Mi deseo es que esta obra no solo adorne las paredes de nuestra iglesia, sino que acompañe los rezos y los silencios de cada vecino. Que San Luis de Gonzaga nos brinde a todos esa luz necesaria para caminar con paso firme y el corazón tranquilo.

Gracias a quienes confiaron en mi mano para este encargo. Termino el año con el corazón lleno, sabiendo que mi arte descansa ahora en el lugar al que admiro y quiero.

Que así sea.

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