En el municipio de Santa Lucía, se encuentra este lugar sagrado para el pueblo aborigen Canarí, llamado La Fortaleza de Ansite.
Se trata del mismo lugar donde en 1483, el valiente y joven guerrero Bentejuí Semidán, junto al Faycan de Telde se suicidarán despeñándose antes de entregarse al invasor castellano, mientras gritaban … ¡Atis Tirma! Cumpliendo así el ritual canarí.
Todo ello ocurría tras mantener una conversación con la princesa Guayarmina, la cual les contó qué, el Guanarteme de Gáldar, Tenesor Semidan, había firmado un tratado de rendición con el adelantado Alfonso Fernández de Lugo, bajo el nombre de “Carta de Calatayud” por la cual la Isla pasaba a formar parte de la Corona de Castilla, o lo que era lo mismo qué, la rendición total y absoluta de Gran Canaria por sus “castellanos cojones”
Con esta honrosa muerte de dos grandes nobles canarí, se da por finalizada la conquista de Gran Canaria.
Este “suicidio” se encuentra representado en forma de monumento recordatorio de la triste efemérides, en los jardines del Parque Doramas de Las Palmas de Gran Canaria y por la forma que colocaron a los personajes en cuestión, salta a la vista que, el “pugío” (Ver mi lexicón canario), tuvo que haber sido tremendo, o como diríamos en mi pueblo, “se desbolinaron toitos”
En lo alto de la Fortaleza se hallan además construcciones de planta circular qué, se supone que habría sido espacios dedicados al culto y a los que se acude a través de pasadizos artificiales.
Ello hace de La Fortaleza un lugar especial para que el visitante pueda apreciar en vivo y en directo, las muchas manifestaciones culturales del pueblo canarí.
Lo de la “mal llamada” “Autonomía de los equilibrios del Gobierno de Canarias” y posterior conquista por un determinado grupo político , los cuales y gracias a una injusta o por al menos “peculiar” Ley electoral , ganen o no las elecciones, siempre les permite gobernar, no ocurriría hasta bien entrado el siglo XXI ; y en esta ocasión, sin la necesidad de que nadie se despeñara o escoñara ( ver Léxico canario), ni siquiera llegar a rasgarse las vestidura, tras escuchar aquel famoso grito de guerra por parte de Don Manuel Hermoso, cuando en el año 2003 soltó aquello de…. ¡Ha llegado la hora de Tenerife!… Y lo peor es que lo dijo con el beneplácito vergonzante de muchos falsos patriota de pacotilla grancanarios allí presentes, miopes, cobardes y fariseos; lo que ha acarreado con los años, que los que siguen pensando y creyendo aquellas desafortunadas palabras del “caudillo” chicarrero, aun nadie los haya podido expulsar del Templo, y…… ¡Cristiano!, así nos va en el circo qué, hasta los leones se convierten en gastos domesticados…. ¡Oiga! qué no exagero pues… ¡Casos se han dado! Jajajajaja
¡Qué cosas!