Hoy prosigo con mi “Guía Informal y desenfadada de Gran Canaria”. Hoy hablaremos del castillo de Santa Catalina, ubicado en las Palmas de Gran Canaria

El Castillo de Santa Catalina fue una estructura defensiva clave en Las Palmas de Gran Canaria, aunque hoy en día ha desaparecido físicamente, sepultada bajo la actual base naval de la ciudad. Aquí te cuento lo más destacado:

Fue edificado en 1630 por el ingeniero militar Próspero Casola como apoyo estratégico al Castillo de La Luz.

Estaba Ubicado en el Istmo que conecta con la península de La Isleta, aprovechando una lengua de tierra qué, lo hacía inaccesible durante la pleamar.

Su función principal era proteger el acceso a la Ciudad desde el mar, especialmente tras los ataques piratas como el de 1553 en Santa Cruz de La Palma.

De sus características arquitectónicas mi “Guía” nos dice en cuanto a su tipología qué, era fuerte abaluartado de planta poligonal e irregular y qué, se habían empleado para su construcción en la base, sillares regulares y el resto mampostería. Su altura era de 11 “varas y media” sobre el nivel de la marea alta y como elementos internos, contaba con dos cámaras y una pequeña escalera conectada con la plaza de armas

Fue muerto y sepultado, sin qué, “resucitara al tercer día”, en 1935, durante la construcción del muelle de Nuestra señora del Pino.

En 2009, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria cedió una réplica con piedras originales como homenaje, la cual se encuentra ubicada en la Base Naval.

Pero no se me asusten ustedes que, aunque desaparecido, no se trata de ningún fantasma, ni siquiera una “aparición histórica”.  Se cree que sus cimientos podrían seguir bajo tierra, lo que mantiene viva la esperanza de futuras investigaciones arqueológicas,

Solo qué, desgraciadamente fue derruido, como digo, cuando se decidió construir del muelle de Nuestra Señora del Pino, ideado por un grupo de cosecheros exportadores locales, para mejor embarque de su fruta; especialmente Reino Unido y de esta manera, agilizar y evitar tener que transitar los camiones cargados de sus productos por la destartalada calle Juan Rejón hasta llegar al Muelle Grande. Pero acabada la guerra civil española y ante el chivatazo de la Alemania nazi de que, Inglaterra estaba estudiando la posibilidad de invadir Gran Canaria, en plena segunda Guerra Mundial, el por entonces denominado Mando Militar, decidió ocuparlo de “forma provisional “ a cambio de unos 9.000.000 millones de peseta, que entregarían a la Junta de Obras del Puerto, para adecuarlo a lo que hoy conocemos como Arsenal o Base Naval. ( por cierto, las perras nunca aparecieron)

Lo triste para la ciudad y Puerto, fue que aquella “provisionalidad” se convirtió en ocupación en toda regla y al día de hoy, con “los papeles en la mano” el citado lugar sigue perteneciendo al gobierno de la nación, pues así lo decidió en su día un ministro de Marina del dictador Francisco Franco y cuando llegó la democracia, la tibieza de nuestros políticos de turno, no han sido capaces de exigir su devolución para uso y disfrute de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.

Esto que te cuenta mi “Guía” que por algo es “Desenfadada e Informal” y por lo tanto de estas cosas de intrahistoria local sabe “un huevo y parte del otro”, es la única verdad, por mucho que te cuenten por ahí algún que otro “cronista descafeinado” que, eso no es así; pues hasta ahora te puedo asegurar qué, no existe más “documento oficial” qué, el de una “ocupación provisional” como contribución a la defensa de la patria. ¡Toma ya!

Pero volvamos a nuestro elegante desaparecido Castillo de Santa Catalina, pues a pesar de su fantástica posición estratégica, sucumbió en 1599 ante el ataque del jodido pirata Pieter Van Der Does, que, por cierto, actuaba al servicio de los Países Bajos y quien con nada menos que 74 naves y 12.00 hombres, consiguió desembarcar por la playa de la Alcaravaneras, pero no para hacerle una visita al Club Natico que, aun no existía; sino para armar la de “Dios es Cristo” en la Ciudad, saqueándola y  destruyendo incluso, la por aquél entonces, jovencita Catedral de Canarias o de Santa Ana.

Y es que, mis queridos amigos, como nos cuenta mi Guía, ¿Para que nos vamos a engañar Julio? Los famosos e históricos recortes presupuestarios para Canarias, con o sin crisis, con Puigdemont o sin él, llevándose todo para Cataluña y el “soquete” de Sánchez dándoselo, han sido constante desde el siglo XVI Jajajaja, y como resultado, pues que no había suficientes cañones para “atender” como se merecían tantos piratas juntos de una sola vez y así nos fue. Lo malo es que la costumbre de los recortes presupuestario para Canarias no se ha perdido y así nos va. ¡Oiga cristiano! Qué … ¡Casos se han dado a través de la historia!, no vayan ustedes a creer que esto es solo cosa del gobierno actual y los siete cacareado y más que rentables votos del “rey de Waterloo” ,Sr. Carle Puigdemont. Jajajajajaja

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